"Jamileth Jasmine".

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Pequeños pasos se escucharon por el extenso, elegante y blanquecino pasillo.

-Jamileth ven aquí!!.

Una risa infantil resonó por el lugar.

Una pequeña de 4 años de largo cabello liso con puntas onduladas de color marrón atado a una coleta alta, grandes ojos cerúleo azul con un vestido verde un tanto roto a la altura de las rodillas y unas pequeñas botas marrones,  corría por los pasillos de la mansión Alfierce.

Un suspiro resonó en una oficina.
El tan solo escuchar los gritos de su esposa ya le daba una idea de lo sucedido.

Miro por la ventana y observó a la pequeña rebelde correr hacia los árboles siendo seguida de su tía que trataba de agarrarla.

-esa niña es un demonio.

Apretó el puente de su nariz sacándose sus lentes y mirando a la menor ser agarrada por su esposa mientras pataleaba por soltarse.

-tienes que estudiar!.

-no quiero!, quiero jugar!.

Mientras las dos peli marrón discutían el albino sin poder evitarlo soltó una risa al ver el rostro rojo de su esposa.

Siempre fue una mujer refinada y elegante pero cuando su segunda sobrina llegó a su vida, se convirtió en una mujer que corría por todos lados tratando de atrapar al pequeño demonio que tenía como familia.

Desde un principio aceptó a las gemelas en su familia para criarlas y que a futuro sean unas hermosas damas que capturen por completo la atención del emperador, así la casa Alfierce sería totalmente beneficiada si las gemelas se convertían en princesas.

Pero no se esperaba que la menor de ellas fuera tan rebelde y tan...ella.

Jeanette era todo lo contrario; era amable, alegré, educada, le encantaba usar vestidos.
Mientras que Jamileth era burlona, le encantaba pelear, a veces era maleducada y odiaba los vestidos.

Parece que estaba decidida a hacerle la vida imposible a las sirvientas y a su tía Zenim.

La única que podía calmarla era su hermana mayor, ya que ni siquiera su primo podía controlarla.

Aunque el Alfierce menor nunca trató de controlarla, a él le encantaba la acritud de su prima menor.

-supongo que no es malo tenerte en la familia.

Volvió a su trabajo admitiendo que le era divertido tener a Jamileth en su vida, pero eso no evitaba que su meta principal era usar a las gemelas como peones para llegar a un puesto mejor del que ya tenía.

Bostezo con fuerza mientras una lágrima se asomaba por su ojo izquierdo.
Miro aburrida a su tía que le estaba leyendo una historia de amor entre un duque y una sirvienta.

Sus ojos empezaron a cerrarse sin controlarlo y se empezó a tambalear en el sillón.

-tía, hermana.

La suave voz de Jeanette se escuchó en el living despertando por completo a Jamileth.

-Jeanette.

Zenim miro con una leve sonrisa a su sobrina mientras la peli marrón menor corrió hacia su gemela.

-hermana!, vamos a jugar!.

-Yami, debemos terminar de leer el libro -la mujer frunció levemente el ceño aunque observó con ternura el abrazo de las gemelas.

-madre, Yami de seguro ya está cansada de estudiar, pueden seguir mañana.

El joven Isekiel hizo acto de presencia en el living haciendo suspirar a su madre.

-bien, pueden ir a jugar.

Jamileth sonrió alegre y agarró de la mano a los otros dos saliendo de allí corriendo.

-soy libre!.

-no lo serás por mucho niña! -le gritó la elegante duquesa a su sobrina, mirando desde la puerta que los infantes se iban corriendo y sin soltar sus manos.

Las risas infantiles se escucharon por los pasillos haciendo sonreír a la duquesa.

-"me alegro que estés con nosotros, ojalá su futuro sea próspero".

Frunció levemente el ceño preocupada por el futuro, tendría que hablar con su hermana menor.

Mientras la joven Margarita le mostraba unas flores al joven duque, los tres estaban en el invernadero, Yami miro hacia el cielo.
Ante los rayos del sol sus ojos brillaron.

-"siento como si algo me estuviera llamando".

Sus ojos se nublaron mirando atentamente al cielo. Sin darse cuenta que estos brillaron con intensidad.

-Yami -el joven albino miró sorprendido a su prima, la otra peli marrón ignoraba lo que estaba pasando pero él podía verlo claramente.

Una sombra estaba tras Jamileth, sus ojos parecían mucho más mágicos de lo que eran pero decidió ignorarlos y centrarse en la sombra tras su prima que lo miraba con sus ojos rojos.

Desde que eran más pequeños podía verla, al principio se asustó pero la sombra jamás le hizo nada y solo él podía verla, eso siempre seguía a su segunda prima.

Qué era eso y qué quería de Jamileth?.

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Gracias x leer.


//𝙴𝚂𝙿𝙰𝙳𝙰 𝙼𝙰𝙻𝙳𝙸𝚃𝙰.//² ⁽ᴾᵃᵘˢᵃᵈᵃ⁾.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora