LIII

194 26 32
                                    

⚠️ Advertencia: contenido +18

Por la mañana, lo primero que vio Mafumafu al estirarse y abrir sus ojitos, fue a un Soraru ya vestido, pero acostado a su lado, usando el celular

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Por la mañana, lo primero que vio Mafumafu al estirarse y abrir sus ojitos, fue a un Soraru ya vestido, pero acostado a su lado, usando el celular.

—Buenos días lindo —coqueteó el pelinegro, haciendo que Mafumafu se ruborizara y sonriera, hasta que vió el celular y lo reconoció, arrebatándolo de las manos de su novio— ¡Mafuuuuuuuu, vamos! Hace como una semana que no uso un celular, ¿sabes la abstinencia que tengo?

Ignorando sus palabras, el chico mudo dejó su celular sobre la mesa de luz, se quitó las sábanas de encima para levantarse, pero, para extrañeza del otro, las volvió a colocar sobre su cuerpo, metiéndose de nuevo a la cama.

Soraru frunció el ceño, pero no quiso preguntar.

En cambio, fue él quien se levantó, acomodando un poco su ropa, calzando unas pantuflas, dispuesto a ir abajo.

—¿Vienes a desayunar? —le preguntó, a unos pasos de la puerta.

Notó que Mafumafu estaba muy ruborizado, al punto que parecía un tomatito, el chico negó.

Soraru notó que estaba incómodo y nervioso, por algo.

Y además, si él no lo obligaba a desayunar, la señora lo haría, así que Mafumafu nunca se negaría sin alguna razón importante.

Soraru se acercó a la cama de nuevo, sentándose junto a él.

—¿Qué tienes, bebé? —preguntó, dejó una cuentos besos en el rostro de Mafumafu, aunque el chico volvió a negar, dando a entender que no quería decir nada al respecto—. Anda, dime —Soraru acarició sus mejillas, sus miradas se encontraron—. Sé que te pasa algo, puedes decirme.

Mafumafu suspiró, le hizo una seña para que se levantara, Soraru lo hizo y lo vió levantar las sábanas de nuevo, y le tomó un momento notar que era lo que le incomodaba tanto a su novio.

Soraru rió un poco.

—Es solo una erección matutina, Mafu — dijo, con una sonrisa—. Es normal, no tienes que avergonzarte —Soraru volvió a sentarse a su lado—. Anda, ve al baño, desquítate, y te espero abajo con el desayuno.

Mafumafu negó, haciendo un mohín.

—¿No? —Soraru frunció un poco el ceño—. ¿No qué?

El mudo suspiró, tomó su celular y escribió en aplicación de notas.

"Se irá solo. Tengo que esperar un rato".

Soraru leyó varias veces las palabras, una parte de él no podía creerlo.

—Mafumafu, tú... ¿no te tocas?—preguntó, de la forma más sutil.

Mafumafu era especial, único y como quieran decirle, pero seguía siendo un adolescente de dieciséis —casi diecisiete— años, ¿Qué persona de su edad no se tocaba?

Mute ¹ ✧ SoraMafuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora