LVIII

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El lugar era una mezcla de la naturaleza con la modernidad

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El lugar era una mezcla de la naturaleza con la modernidad.

Caminos de pavimento serpenteaban entre los árboles, aptos para sillas de ruedas, iban desde las cabañas hasta el comedor, junto con otros que llevaban hasta miradores, sólo para pasear.

Junto con el mismo edificio donde estaba el comedor se encontraba una enfermería, en el exterior, un playón daba lugar a mesas, bancos y una linda vista a un lejano lago entre los árboles.

Recorriendo el lugar, encontraron una piscina climatizada techada, con todos sus equipos para personas de movilidad reducida, junto con varios juguetes para el agua.

Soraru y Mafumafu decidieron esperar a que llegaran Eve y Sou para buscar una cabaña con cuatro camas disponibles para su grupo, mientras, Kashitaro y Amatsuki fueron a acomodarse en una de las primeras cabañas, las designadas para los organizadores.

Vieron a otras personas comenzar a llegar, algunos hasta con perros de asistencia, que hacían a Mafumafu sonreír ampliamente por los lindos que eran.

Soraru intentaba adivinar qué podían tener cada una de esas personas, aunque muchos parecían totalmente sanos, y lo confundían un poco.

—¡Soraruuuuu!

Aquel grito lo hizo mirar hacia todos lados, aunque no estaba preparado cuando su hermana apareció detrás de él para abrazarlo –extrujarlo con fuerza–.

Se quejó del apretón, vió a Mafumafu reír a su lado.

—¡Eso duele, suéltame!— se quejó.

—Sí, sí, lo que digas. — su hermana revolvió sus cabellos. — ¡Wow! Miren esas entradas...

—Que no me estoy quedando calvo, Soraruko.

—No, para nada, sólo te creció la frente.

Su hermana le dió un zape en la cabeza, antes de dedicarle una sonrisa dulce a Mafumafu, saludándolo con un abrazo, más débil que el que le había dado a su hermano.

Se quedó hablando con ellos un rato, hasta que Soraru por fin le hizo la pregunta que había comenzado a inquietarlo.

—¿Qué haces aquí?— interrumpió a su hermana, quién tardó un segundo en recordar un porqué.

—Ah, sí, ¿Recuerdas que había empezado para ser policía?— Soraru asintió. — Conocí a un chico, del mismo curso que yo, que sufre epilepsia, y lo habían invitado a este campamento, y me pidió venir con él.

—¿Epilepsia?— repitió Soraru.

—Sí, bobo, ¿Qué dije? Ya la conoces, esa de las convulsiones. — Soraruko rodó los ojos. — Como lo conozco, sé cómo ayudarlo cuando tiene una, y se siente seguro conmigo, así que me molestó hasta que dijera que sí. — la chica terminó con una sonrisa. — Aunque en realidad acepté cuando me enteré que mi hermano y mi cuñado vendrían.

—Todo sea por molestarnos.

—Molestarte, Soraru, específicamente a ti. — corrigió la chica. — Mafu todavía me cae bien. — añadió, haciendo sonreír al chico mudo.

 — añadió, haciendo sonreír al chico mudo

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Mute ¹ ✧ SoraMafuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora