LVI

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Kashitaro estacionó la camioneta frente a casa de Mafumafu, tocando bocina repetidas veces, haciendo que la señora se molestara por tanto ruido

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Kashitaro estacionó la camioneta frente a casa de Mafumafu, tocando bocina repetidas veces, haciendo que la señora se molestara por tanto ruido.

Su sorpresa fue bastante cuando el vidrio polarizado del asiento del acompañante bajó, dejando ver la sonrisa de disculpa del castaño.

—¿Director Amatsuki? —Soraru lo reconoció automáticamente.

—¡Él no es tu director! —se quejó Kashitaro, bajó del vehículo y tomó el bolso que Mafumafu casi venía arrastrando desde la casa, para levantarlo sin esfuerzo y llevándolo hasta la parte trasera de la camioneta—. A mí me llamas por mi nombre, ni siquiera un gramo de formalismo, y le dices director a otro.

Soraru rió un poco.

—¿Quieres que te llame okasan Kashitaro? —preguntó, con lo que el pelinegro frunció el ceño.

Escucharon la risa de Amatsuki desde donde estaban, el castaño asomó la cabeza por la ventana para mirarlos con diversión.

—¿Recuerdas cuando nos juntamos a beber y estabas tan borracho que empezaste a decir que eras la madre de todos? —le recordó, Kashitaro se ruborizó de la vergüenza—. Empezaste a decir que teníamos que llamarte okasan Kashitaro.

Kashitaro se detuvo un segundo, totalmente ruborizado, hasta que arrojó con fuerza el bolso de Soraru en la cajuela.

—Cállense, lo único que recuerdan de esa noche es eso, idiotas.

Soraru rió, porque tenía razón, casi todas las demás memorias eran de los vídeos, captados con el celular de Eve pero grabados por Mafumafu.

—No —se quejó Amatsuki, aunque sólo quería pelear con el pálido— Recuerdo cuando Eve y Soraru se-

—¡No lo digas!— lo interrumpió el castaño, haciendo reír a todos—. Vomitaré.

—¡Suban de una vez!b—se quejó el mayor—. Voy a tener que soportarlos más tiempo si seguimos aquí —añadió, antes de rodear el vehículo y subir al asiento del conductor.

Soraru se volteó para ver a Mafumafu, quién estaba hablando con su madre, moviendo sus manitos.

Apenas podía entender unos cuantos gestos, pero supo que Mafumafu le prometía que de cuidaría, que no haría nada malo, entre cosas como dormir temprano y no alejarse mucho de los demás.

La señora le dejó un beso en la frente como despedida y Soraru estiró el brazo hacia Mafumafu, su novio tomó su mano con seguridad, antes de entrar al vehículo.

La señora le dejó un beso en la frente como despedida y Soraru estiró el brazo hacia Mafumafu, su novio tomó su mano con seguridad, antes de entrar al vehículo

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