Jos

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POV POCHÉ


Habían pasado un par de semanas desde que mi relación con Calle dio un giro de trescientos sesenta grados. Y me sentía bien con ello, pero por alguna extraña razón, sentía que las cosas no estaban del todo bien. Yo sabía que Dani quería que fuera algo oficial, volver a estar juntas de verdad y frente a todo el mundo, no solo cuando estábamos solas. Pero no me sentía lista, no porque dudara de mis sentimientos hacia ella, no quería volver a decepcionar a tantas personas si esto lo se daba, no podía volver a ver a mis hijas tristes por qué no estábamos juntas, lo que estábamos haciendo era lo mejor que les podía ofrecer por el momento.

Las gemelas por fin habían entrado a un colegio, lo que le permitía a Dani volver a tener las mañanas para ella, y las ocupaba como había prometido para ir al refugio a ayudar, como aún no teníamos otro auto en México, llevábamos juntas a las gemelas al colegio, luego ella me llevaba a mi trabajo y después se quedaba con el auto ya que ella lo necesitaba más que yo. Había veces que pasaba por mi para ir a comer juntas después de ir al refugio, antes de ir por las niñas, ya que debido a sus clases extracurriculares salían un poco tarde.

Hoy era uno de esos días, me encontraba fuera de la constructora esperando a que llegara. Salí de esa nube de pensamientos en la que me encontraba cuando vi a la castaña que me robaba suspiros aparcar frente a mí.

-Hola- saludé dejando un pequeño pico en sus labios al subir al auto.

-¿Cómo te fue?- Preguntó mientras el auto comenzaba a andar.

-Bien, tengo mucho trabajo y tengo que ir pronto a Colombia para supervisar cómo van las cosas por allá.-

-Cuando vayas me avisas para ir juntas, creo que sí estaremos un buen tiempo aquí, entonces quiero ir por cosas de mi casa.-

-¿Dejaste muchas cosas?-

-Demasiadas, solo llené maletas con ropa y juguetes. Necesito ir por todo mi maquillaje, cosas del cabello, muchas cosas de mi cocina, tal vez me traiga mi piano, mi talega de golf. Y igual creo que sería importante traernos documentos importantes a México nunca se sabe que podremos necesitar.-

-Probablemente me vaya el viernes de la próxima. ¿Está bien?- le pregunté pues ni sabía si ella tendría cosas que hacer.

-Si, solo busca un vuelo que sea después de que las niñas salgan del colegio, y tratamos de regresar el domingo a más tardar, no quiero que vuelvan a perder clases.-

-Ok, me voy a pedir a Meli que me busque los vuelos.-

-Ok- el resto del camino fue en completo silencio, a diferencia de hace un tiempo, el silencio entre nosotras se sentía como un lugar cómodo y seguro.

-Te ves muy guapa con el cabello recogido.- le dije e inmediatamente puede ver

-Lo tengo que tener así en el refugio, o Jos me lo jala.-

-¿Quién es Jos?- le pregunté confundida.

-¡No te conté! El bebé ya tiene nombre, se llama José Daniel. Y no se tú pero el que hayan escogido ese nombre lo siento como una señal.- Su carita de ilusión me hizo sonreír.- Tu eres Maria JOSÉ y yo soy DANIELA. El tiene una mezcla de nuestros nombres.-

-¿Quieres adoptarlo?-

-Si- cambio su sonrisa a una triste- Te juro que la conexión que tengo con él es muy grande, no lo puedo dejar ahí Poché. Y entiendo si tú tal vez no quieres otro hijo, puede ser solo mío, te prometo que yo me haré cargo de todo lo que tenga que ver con él.-

-No, no lo pregunto por eso. Si lo vas a hacer, lo hacemos juntas.- uní sus manos con las mías sobre la mesa del restaurante.- Pero ¿ya preguntaste sobre los trámites?-

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