El padre de Seokjung.
Ese desgraciado era el maldito que se había atrevido a anudar a SU omega.
El corazón de Namjoon latía desbocado, lleno de ardiente furia por estar frente a uno de los hombres que tanto mal le hicieron a su pareja.
El deseo de apretar su cuello con asfixiante fuerza, de atravesar su carne con sus colmillos de lobo, y de arrancar poco a poco toda la carne de sus huesos; dejaban sus nudillos blancos por la fuerza en que sus puños se cerraban.
Sus orejas y cola hicieron aparición, pero más importante, sus colmillos, crecieron tan de repente que provocaron que sus encías sangraran y la saliva goteara de su boca.
Respirando agitado y casi controlado en su totalidad por su lobo.
Seokjin permanecía completamente petrificado frente al vidrio de visión unilateral, que parecía ser vilmente burlado por aquel alfa de ojos tan claros como los de Seokjung.
No se atrevía a moverse por miedo a que aquel hombre hiciera algo en su contra. No obstante, su lobo le exigía que volteara, pues había algo de lo que debía ocuparse, o más bien alguien, que en esos momentos se encontraba listo para saltar a través del cristal.
El omega notó en cámara lenta cuando el oficial se puso de pié alarmado, y le vió hablar con precaución a alguien más, y realmente ya se lo esperaba, no obstante, el oficial tranquilizaba a alguien a sus espaldas, no a la persona detrás de aquella ventana. Y eso sí que era algo que no se esperaba.
¿Quién estaba detrás? ¿Habría alguien más de aquel asqueroso lugar, infiltrado en la policía? Podría ser perfectamente.
No quería decir que los oficiales fueran susceptibles a la corrupción, si no que en caso de que hubiera alguien infiltrado, él no los reconocería, pues al único a quien había visto la cara, era al maldito que tenía enfrente, que aún teniéndolo anudado, le había quitado la venda de los ojos, obligándolo a mirarlo a la cara.
Otra regla rota.Fué entonces que el omega comenzó a caer en la realidad una vez más. Ese alfa estaba arrestado ahora, le habían encontrado, estaba esposado y custodiado, atrás de un vidrio que veía como negro espejo y por ende, no era capaz de verle a los ojos. ¿Por qué demonios se sentía intimidado? Quien debía sentirse de esa manera, era ese maldito.
En ese instante algo dentro de él hizo click. El sentimiento de "intimidar al alfa" había coincidido con el de alguien más. Y no solo con un pensamiento, si no con dos.
Al salir de la bruma provocada por sus miedos, volvió a recuperar sus sentidos. Logró escuchar al oficial hablar con autoridad y cautela, amenazando con tomar su pistola Taser si no obedecía. Y antes de preguntarse que era lo que estaba ocurriendo a sus espaldas, sintió la ira más grande que jamás había sentido en su vida, y le pertenecía a su alfa y a su lobo.
Ambos habían pensado y acordado hacer pagar a aquel alfa por sus pecados, coincidiendo con el mismísimo Seokjin al pensar que el muy maldito era el único que realmente debía sentirse intimidado. Y Namjoon estaba dispuesto a hacerle sentir así.
En el momento en que el alfa caminó a paso firme a la puerta, el oficial le apuntó con la Taser, pero Seokjin se atravesó de inmediato, tanto al oficial como a la puerta, impidiendo el paso de su alfa.
- Cálmate Namjoon, no puedes hacer lo que estás pensando, no debes hacerlo. -insistió con desespero.
El alfa le miró y frunció el ceño sin comprender del todo la razón por la que le frenaba, así que siguió avanzando.
- Por favor amor, no le hagas daño, por más que sea una mala persona, lo es por dañar a otros. -posó ambas manos en sus mejillas y le obligó a mirarle, pero éste, al seguir caminando solo le acorraló contra a puerta.- ¡Tú no eres una mala persona! ¡Por favor Nam, reacciona! -exclamó desesperado.
El alfa, pareció meditar si obedecer o no, pero aún así, giró el picaporte y la puerta se abrió hacia afuera, dejando a Seokjin completamente anonadado.
- ¡Apártese! -exclamó el oficial, aún aferrándose a su Taser.
- ¡No lo haremos! -insistió con una mano en su vientre y la otra extendida, caminando con su alfa y obstruyendo así el objetivo del oficial.
Otros oficiales escucharon el escándalo y se acercaron, sin embargo, el hecho de que un omega embarazado y víctima del sospechoso se encontrara al frente, impedía cualquier acción por parte de la autoridad.
Namjoon ingresó al lugar donde estaba el otro alfa y emanando su fuerte aroma se acercó a paso rápido, tomándolo del cuello y levantándolo del suelo para empujarlo con fuerza contra la pared.
- ¡Muévase o se le acusará por obstruir a la justicia! -exigió otro oficial.
- ¡Namjoon detente! -exclamó, emanando su aroma con el reciente toque dulzón.
Mientras tanto el moreno miraba al otro con los ojos llenos de odio.
- Pagarás por lo que hiciste. -sentenció.
- ¿Y que hice? -habló con la voz rasposa el de ojos claros- Admito que no llegué a él por esa razón, pero-
- ¡Nadie dañará a mi alfa! -exclamó Seokjin interrumpiendo la conversación.
Y solo entonces, al escuchar la voz de omega de su pareja, Namjoon fué capaz de pensar con claridad. Divisando al fin lo que realmente importaba de lo que estaba viendo en ese momento.
- Seokjin... -llamó a su omega, y dejó caer al sospechoso.
- ¿Volviste? ¿Estás bien? ¿Qué ocurrió? -cuestionó rápidamente, acercándose a él y limpiándole los restos de saliva y sangre que habían quedado en su mentón.
- Mira ésto. -soltó, agachándose junto al otro alfa- ¡Solo quiero ver algo, soy médico! -aclaró cuando un par de oficiales le volvieron a apuntar.
- Si vuelve a hacer algo inapropiado disparamos. -espetó un oficial.
- De acuerdo. -aceptó el alfa, pues su comportamiento anterior no había sido del todo bueno.
Terminó de apoyar ambas rodillas en el suelo y levantó el mentón del alfa, para girar su cabeza a la derecha, descubriendo el sarpullido que ocupaba casi todo el lado izquierdo de su cuello.
- ¡Es eso! -exclamó Seokjin.- ¡Dime que es lo que tienes! -exigió.
- ¡No sé, lo tengo de toda la vida! -exclamó a la defensiva.
- Jinnie, debes dar tu declaración para poder irnos, hay que solucionar esto de una vez por todas. -explicó Namjoon a su pareja.
El omega asintió y ambos regresaron a la habitación donde se encontraban anteriormente.
Media hora más tarde, los dos casi trotaban en su apuro por llegar al hospital, iban tomados de la mano, y una vez en la puerta caminaron apresurados a la habitación de Seokjung.
La pareja percibió de inmediato el aroma de sus dos amigos por todas partes, pero por más que quisieran, ahora no había tiempo de hablar.
Una vez adentro, Seokjin pidió a la enfermera para tomar a su hijo en brazos y solo tras escuchar que la enfermedad que tenía sí era hereditaria, respondió positivamente.
El omega, tomó a su bebé en brazos, feliz de volver a tener contacto con él y dejó ir su aroma lleno de alivio, pues había pasado de pensar que podía llegar a ser algo grave, a tener la tranquilidad de que en realidad sería algo más fácil de tratar y, quizás, tendría cura definitiva.
De inmediato, Seokjung dejó de llorar, y en ese mismo instante llegó Namjoon junto a la pediatra, quien sonreía ante la nueva noticia y finalmente había dado con un diagnóstico seguro.
🍂
Descubrí que se me hace más fácil escribir cuando no hace tanto calor, es decir, de noche 😅
¿Qué les pareció la actitud de Nam?
Espero que les haya gustado este capítulo ✨
No olviden hidratarse bien 💧
Gab.-
ESTÁS LEYENDO
Mi caso especial [NJ] (omegaverse)
Fiksi PenggemarKim Namjoon, impecable alfa, recién iniciado en su carrera de médico, atiende solo consultas; hasta que decide tomar su primer caso. Kim Seokjin, víctima de secuestro, reaparece años después buscando refugio para él y su abultado vientre, ingresand...