J O Y K E R

13 4 0
                                    

Los sábados por la tarde no había nada que hacer. Mi madre y mi hermana pasaban todo el día en la cafetería y yo estaba siempre en casa. Y ese sábado no fue la excepción.

Estaba aburrida. Y necesitaba atención.

Bajé a la cocina en busca de un poco del pastel que Matthew había preparado en la semana. Era delicioso y era de zanahoria. Lo que me hizo reír fue que le puso mi nombre al pastel.

Pero bueno, ¿quién me decía zanahoria? En realidad la respuesta era poco sorprendente porque el único capaz de llamarme así era el idiota de Parker.

El idiota de Parker... A quien odio con pasión.

No dudé en llamarlo luego de pensarlo un poco. No le sorprendió mi llamada, de hecho era muy común.

—¿Quieres que vaya a tu casa?

—Eso es lo que acabo de decir.

—Bien. Llego en diez.

Así lo esperé. Me acosté en el sillón de la sala para esperarlo. No quería bajar de nuevo.

No dejé de pensar en lo que estaba haciendo. Porque era una locura, una locura que ni yo podía parar. Había algo, que aunque tratara de para volvía a mí.

Un sentimiento. Un anhelo. Deseo.

Tocaron a la puerta al minuto siete. Me levanté rápidamente a abrir. Ahí lo vi, recargado al marco de la puerta viéndome con mi pijama de osos panda.

No dudé ni un segundo para besarlo. A eso venía, ¿no es así? Él lo sabía y yo también. Había algo que me llenaba cuando lo besaba, cuando nos enrollabamos a escondidas de todos en las fiestas, cuando follabamos en su cada cuando ni los Reed, ni los Black estaban.

Era un deseo mutuo.

—¿No pudiste esperar a entrar?

—N-no...

—Me gustas así. Lista para mí.

—Y tú me gustas así, dándome la atención que exijo —jale de su camiseta para hacerlo pasar.

Tomó mis caderas con firmeza, exigiendo. Jadee cuando bajó sus besos hacia mi cuello, mi clavícula. Sentí una punzada en mi parte baja cuando hizo trizas mi blusa.

—¿Vamos a tu habitación?

—Está muy lejos. Te quiero... —lo miro a los ojos—... ya

[...]

Me recoste en su pecho luego de terminar. Estaba exhausta. Sentí caricias en mi cabello luego de un rato. Me aparté un poco para colocarme entre sus piernas. Él jadeó.

Kinkle...

Nuestros sexos rozaban al descubierto. Eso nos daba placer.

—Vamos, Reed. Ambos necesitamos esto.

Él gruñó.

—¿Vamos a follar como conejos cada que nos veamos?

—Parker, es lo que hacemos. Cogemos, nos recostamos y cogemos de nuevo.

Él me apartó un poco y se levantó de la cama. Fruncí al ceño al ver cómo se vestía.

—Puedo hacerlo, ¿de acuerdo? —habló—. Puedo coger, como lo dices tú. Podría hacerlo con cualquiera, las chicas me buscan y lo sabes. Pero tú...

Se acercó a mí con el pantalón puesto y sin camiseta. Me ponía nerviosa, porque no era la primera vez que lo hacía. Decirme que lo nuestro no era solo sexo, pero lo era. Debía serlo.

—Tú, Zanahoria, me traes loco. Y no voy a seguir cogiéndote como si fueras la chica que conocí en un bar.

Tomé su nuca y tiré de él. Era lo que quería, no sabía la razón, pero quería ser la chica que conocía en el bar. Follar un rato y quitarme el estrés. Por eso lo había escogido a él.

Confiaba en Parker. Era parte del círculo de confianza.

—Sé que no confías en nadie. Menos después de lo que pasó con Jack, pero...

—¿Tú eres diferente?

—No lo sé... Pero está claro que no soy Jack, esto no es tu relación con él. Así que..., solo dame la oportunidad.

—Solo quiero que me veas como la chica del bar, Parker. No estoy lista para una relación.

—Seguiremos follando como locos aun pase algo más.

Reí, por la obviedad en sus tono.

—Parker...

—Déjame ser tu algo más...

—¿Y qué haremos? ¿Tomarnos de las manos, pasear por los parques o ver películas acurrucados en la cama?

—¡Sí! ¡Eso exactamente! —exclamó—. Y follar, follar mucho.

Besó mis labios lentamente mientras toma mis caderas.

—Quiero hacerlo.

—¿Follar o lo otro?

Lo pensé un poco, poniéndolo nervioso. Sonreí inocente.

—Lo otro. Y follar. Más bien, todo.

Me devolvió el gesto con una mirada llena de perversión.

EBDLFVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora