J A C S S I E

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Celos

Es difícil iniciar estar en la adolescencia, ella no lo entendió hasta que fue algo tarde. Cassie ahora tenía diecisiete, estaba ya en preparatoria. Algo totalmente nuevo para la pequeña Cassie Morrison.

Definitivamente tener que lidiar con que tu hermano fue uno de los chicos más lindos y populares de la escuela no es algo que solo pase y ya. Ser una Morrison es difícil y que la gente espere mucho de ti es agotador.

Llego a casa tras un largo día de clases difíciles y agotadoras. Pero sabía que su hermano la estaría esperando con muchos más deberes en casa. Dejó la mochila en la sala y fue a la cocina. Donde su hermano siempre se encontraba, la mayoría del tiempo.

—¿Cómo te fue? —preguntó su hermano. Ella resoplo, pero alzó los pulgares de forma sarcástica. 

Jack Morrison, veinte años y el chico prodigio. Buenas notas, gran cocinero y excesivamente lindo. Es la trifecta perfecta para ser alguien en la vida. Algo que Cassie odiaba con casi todo todo su ser, le parecía un perfecto en todos los sentidos, mientras ella un desastre en forma de tornado categoría 5.

Cassie Morrison, considerada por sí misma; la sombra del gran y todopoderoso Jack Morrison. No era tan malo como Cass lo veía, pero los constantes comentarios de los maestros eran algo irritantes, como también los comentarios de sus compañeras cuando su hermano llegaba a ir por ella.

—Bien, todos me conocen ahora —su hermano voltea a verla—. "Miren, ella es la hermana del gran Jack Morrison" "¡Hola, dile a tu hermano que se case conmigo" —imito algunos comentarios que le habían hecho.

—Lo siento, Cassie —ella refuto—. Pero oye, te hice comida.

Creo que era lo único bueno del día. Ahora que su padre no estaba, no había absolutamente nadie quien atendiera a la única adolescente, así que él único que estaba a cargo era su hermano. Y le molestaba más de lo que quería admitir, aunque no sabía sí era por los comentarios o por otra cosa.

—Vaya —exclamó en sarcasmo—. Es bueno saber que al fin sirves para algo.

—A veces no entiendo de donde sacas lo grosera.

—Lo lamento, ¿si? Solamente estoy estresada, no me dejan de preguntarme por ti y es agotador —rezongó.

—Lo lamento yo, Cassie...

La casa estaba completamente sola, más de lo habitual. Su padre decidió extender su talento por el mundo entero, aparte que en solo tres años se había convertido en el mejor haciendo postres en el café Pla's.

Ahora solo eran Jack y ella, solo por un tiempo. Mientras él cumplía sus sueños y Jack terminaba su universidad. Que eso solo haría tiempo para que Cassie fuera mayor.

—Si... Como sea, gracias niño listo —toma el plato que le extiende Jack y le da un beso en la mejilla.

Probablemente se sentaría a ver un poco de televisión mientras comía. Tenía tanta tarea que hacer que apenas alcanzaba el tiempo. Y tampoco había mucho que ver, todo estaba visto, menos las películas que aún no podía ver ella.

—¿Puedo ver algo contigo? —interrumpió de repente, Jack.

—Claro. Pero escoges tú.

Cassie le tendió el control a Jack y este empezó a buscar algo que ver mientras que ella comía. Hacía mucha hambre y no iba a esperar a la película.

Cuando por fin Jack escogió una película, ella prestó atención al televisor. La película era muy buena y graciosa en ocasiones, aunque parecía que iba más allá de los límites en clasificación de la edad de Cassie.

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