W O O C K

23 4 26
                                    

------------------------------------------------------------------ 
Personajes: Atwood Davis y Jack Morrison 

Advertencia: Al chile ya no sé que ponerle: cute, horno, ambas, ¡ya no sé! 
------------------------------------------------------------------ 

Tocaron a la puerta, era extraño que alguien viniera a estas horas de la noche. Jack nunca solía recibir visitas luego de media noche, lo cual era extraño para él escuchar aquel par de toques a su puerta.  

Pensaba en Cassie, pero era imposible porque en esos momentos ella estaba dormida y no solía molestarlo a mitad de la noche desde que se había mudado. 

Decidió abrir la puerta después de unos momentos de pensar en todas las personas que pudiesen estar detrás de aquella.  Se llevó una gran sorpresa al ver a su compañero de carrera parado frente a su puerta. Se veía angustiado y con la crisis gay más grande del mundo, aunque Jack no sabía eso. 

—Atwood, ¿qué haces aquí? 

—No puedo dormir... ¿Puedo pasar? 

—Sí, sí. Pasa.  

—Lamento haber llegado así, es lo que estoy teniendo una crisis. Eres al único que conozco aquí y no sé qué hacer. 

Atwood sabía que había sido una mala idea ir con las persona responsable de sus crisis, porque Jack por quien Atwood tenía la crisis gay más grande en el mundo. 

Tal vez era porque había convivido tanto con él en los últimos meses, porque pasaban horas y horas en la cocina, hablaban de lo que fuera y eran tan auténticos al estar con el otro. Tal vez por eso Atwood se estaba enamorando de Jack. 

—¿Ha pasado algo? 

—¿No te ha pasado que empieza a gustarte alguien, pero sabes que es imposible estar con esa persona? —Su pregunta es tan inesperada que confunde totalmente a Morrison. 

—Ah... sí. Eso creo. 

—¿Y qué fue de eso? 

—Es mi ex. —Su tono es tajante, seco, frío. Sin emoción, y eso hizo tragar en seco al otro. 

—Oh —responde Atwood, haciendo con su boca una "o" perfecta. 

—Atwood, ¿qué pasa? 

—Me gusta alguien —Jack frunce el ceño—. Él es increíble, pero imposible. ¿Sabes a qué me refiero? Es como de esos que dicen "No tocar". Pero yo lo quiero tocar. 

—Ajá... Eh... Atwood. Carajo, no tengo nada que decir. 

Eso sospeché, pensó aquel.  

Jack se paró a pensar en las palabras de su amigo. Él vino a su mente, confuso y un poco cauteloso, preguntó: 

—¿Él? ¿Hablas de un él en todo su esplendor? 

—¿De un chico? Sí. 

—¿Y cómo es? —La curiosidad mató al gato, ¿no? 

Atwood lo pensó y se arrepintió de haber llamado a su puerta. Se levantó de donde estaba sentado junto a Jack y sacudió su ropa en caso de haberla arrugado. Él sabía que hablar de Jack sin que el otro se enterara no funcionaría y eso lo deprimiría más y lo volvería más loco. 

Jack lo miró aun más confundido cuando se levantó. Cuando se dio cuenta de las intenciones de su amigo, detuvo su caminar tomando su muñeca un poco brusco. El otro se sacudió y atarantado vi a Morrison con el ceño fruncido. 

EBDLFVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora