Cap: 17 El fin de una era.

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—Es un saludable sol, amado sobrino.

Gulf se puso muy feliz.

—No sabes lo contento que esto me hace, yo feliz si hubieses sido una luna, pero sé que Mew quiere un heredero.

Min apoya su un codo en su desayunador mientras trata de acomodarse en su banquillo.

—¿Todo va bien?

—Si, ayer el cuerpo concubinal hizo una fiesta en honor a mí... bueno las elegibles me odian, pero los otros son un amor.

—¿Elegibles?

—Sí, son las que mi adorada suegra tiene en la mira para elegir a la o el  tercer Kunayi, y cómo sabrán van a querer mi puesto.

—¿Y el segundo?

—No nos cruzamos mucho, pero nuestro trato es cordial, además me reconcilie con mi hombre, dudo que pise por mucho tiempo los aposentos.

—Ay mi Gulf, nunca imaginé que tú estarías así...

—¿Qué?, mi tío Yael me comprometió con un rey  que tiene  harén sería lo mismo.

—No iba a hacer lo mismo, serías el esposo, y tú con tus trucos de cama iba a enamorar a ese rey

—Estoy esperando un hijo del hombre que amo y los hubieras no existen, por cierto, Mila fue desterrada, y hoy tendré una cena con mi fan número 1 mi adorada suegra, juro por los dioses que si no sospecharan de mí la envenenara, ella aún tiene mucho poder sobre Mew.

Min mira seriamente a su sobrino

—¿Quítate el pantalón?

Gulf sorprendido responde:

—¿Pero que dices?

—Obedece.

Gulf sin basilar se los quitó, Min se levantó del banquillo y empezó a revisar a Gulf, cuando ve el dragón suspira.

—¿Tienes más?

—Uno en la espalda ... ¿Qué sucede?

—¿Por qué no me hablaste de eso?

—No quería preocuparte.

—Gulf tu transformación está cerca, la has evitado tanto que mira el tamaño de tus marcas.

—Se supone que deberían estar atrás de la oreja.... Y se movieron a mi cuerpo.

—Es que cuándo tu dragón ha querido salir lo evitas.

—Es que no quiero ser cómo él, me da miedo, yo no quiero ser cómo Mandrágora.

Min lo toma de los hombros.

—Hey, no lo eres y si lo fuera no tuviera nada de malo, mi rey era justo, era un sanguinario, pero justo, todo aquel que probó su espada se lo merecía, y fue un digno nieto de Miraki, sólo estaba un poquito lleno de odio, pero si no fuera recordado cómo un amor, ese niño era tan dulce así cómo tú.

—Tía, tío Yael lo odia y me duele, mi abuelo Sayt lo odia y si se enteran de que yo soy su semilla me van a odiar, por eso no quiero transformarme, eso puede sacar mi lado malo, agradezco a los dioses que ellos piensan que soy decendiente de algún bastardo de Miraki, imagínate si supieran.

—Gulf, tu naturaleza no la puedes renegar, libérate no quiero que acumules energía negativa, mira cómo hablas de envenenar a tu suegra, deshazte de ella sacándola del palacio, pero, ¿envenenar?

—Rectifiqué y dije que no lo haría.

—¿Y quién dice que no lo hagas después?

—Tía para que la sangre corra a mi casa que llegue a la ajena y si esa maldita mujer usa a los nuevos concubinos en mi contra te juro que la eliminó, sea cómo sea.

Un Concubino Fuera De Serie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora