Cap: 24 Cuando el dragón llama.

1.6K 279 365
                                    

Mientras Léxi caminaba con su bandeja buscaba donde sentarse, las miradas recibidas por su compañero eran las siguientes: desprecio, lujuria y decepción, pero no le importó su gran sueño era ser más que un soldado un guerrero cómo todos sus antepasados, estaba en su sangre y ser úteriano no se lo iba a impedir, su tío Pab el hombre que lo había criado le explicó que sería difícil, pero que pronto le demostraría a sus compañeros que él era más que una cara bonita y una fábrica de bebés.

—Es tu primer día, es normal—se dijo así mismo mientras trataba de encontrar una mesa donde se sintiera bienvenido, por mala suerte no la había encontrado, detuvo sus pasos en un cuadro de un mosaico de aquel piso gris de repente empezó a sentir ese zumbido en su oído, ese que aparecía cuando sentía todo el peso del mundo, aquella cafetería de estudiantes de 14 a 18 años le pareció un monstruo con muchos ojos juzgando su vida.

—Nuevo, ven conmigo y no seas tan estúpido de pararte en medio cómo un poste de Luz—lo empuja y sigue su camino.

Aquel pequeño empujón lo sacó de su trance, pero sinceramente no sabía qué hacer.

El chico uniformado siguió caminando no sintiendo los paso del nuevo suspiro y sin voltear exclama en voz alta.

—Novato camina, deja de pensar en estupideces.

Léxi reacciona y lo sigue, ahí empezó todo con Kalu, él ya era un estudiante con tres años en la academia militar Lobastru y él un novato de 14 años que para el colmo era el primer uteriano en ser aceptado en dicha academia.

Kalu lo trató cómo trataría a cualquier cadete, no miró su cara delicada, curvas marcada en los lugares correctos o lo trató especial por ser un descendiente de los antiguos jefes, Léxi fue el chico de los mandados de Kalu por todo un año y eso le gustó.

Ser un cadete en aquell academia militar significaba: ensuciarse en el lodo, recibir humillaciones por parte de sus superiores cuándo hacía las cosas mal en sus entrenamientos, peleas a escondidas con varios hasta sacarle sangre. Eso lo convirtió en camaradas de sus compañeros de cuarteles y todo eso se debió a Kalu puesto que nunca lo sexualizó o se le insinuó, solamente hacia algo que siempre se lo agradeció, mientras se duchaba lo esperaba, ya que que podía sufrir de abusos sexuales por algún conservador supuestamente de las tradiciones, luego de dos años no se preocupó más, puesto que Léxi para todos se convirtió en un soldado más.

—Entonces mañana te trasladan al ejército—Habla con voz neutra.

—Si, tú sigues esforzándote y en dos años combatiremos mano a mano novato—no evita sonreírle, era raro en él.

—Ya no soy novato, es más fácilmente puedo romperte los brazos.

—Lo sé novato lo demostraste en el ring, ahora sigue comiendo —sonríe mientras por reflejo se soba el brazo.

—Te voy a extrañar —dice Léxi entre susurros.

—Hey no llores los soldados no lo hacen—aprieta su tenedor y sigue comiendo—luego lo mira—yo también Léxi.

Eso alegró el corazón de Léxi, después de ese momento íntimo vinieron sus demás compañeros y se sentaron con ellos para planificar la noche de despedida, al otro día Kalu se fue sin mirar atrás, dos años más tardes nuevamente se encontraron pero en diferente pelotón, nuevamente pasó lo mismo, tuvo que llegar y ganarse el respeto, pero esta vez por sí solo a base de sudor y a veces de sangre.

Pero todo valía la pena, él quería demostrarle a Damasqui y al mismísimo rey que un úteriano era un hombre valiente dispuesto a luchar por el honor del imperio y que así cómo le dieron la oportunidad lamentablemente valiéndose de su estatus podían dársela a cualquier hunteriano sin importar la clase social.

Un Concubino Fuera De Serie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora