Después del nacimiento de la hija de Minrra, Gilyan no pudo postergar lo inevitable: su inminente boda con un rey apático y malhumorado, quien le había enviado frías cartas desde que tenía memoria.
Yael, al notar el descontento de Gily hacia este ma...
Minrra notando lo confundidos que estaban tanto Mew y Gulf explicó con lujo de detalles desde la ilusión del fuego, cómo Nadia fingió su propia muerte, por qué Mew se sentía atraído a Nadia, luego de aclarar cada punto, Mew llegó a la conclusión que Gulf siempre perteneció Damasqui y que no solamente era un descendiente de los dioses dragón también de los dioses de su tierra.
Minrra dándose por satisfecho dejó a los amantes a solas, necesitaba descansar, se lo merecía.
—Gulf, ¿cómo te hace sentir todo lo que descubrió Minrra?
—Aliviado, pensé que tu amor hacia mi se debía a mi parecido con ella—dice apenado.
Mew quien estaba recostado a su lado empieza a desabotonar lentamente la camisa de Gulf.
—Amor, ¿acaso no examinaste mis emociones, mi corazón?, eres mi centro, es verdad que te pareces, pero eres Gulf, Nadia era calmada parecida al agua mansas, tu amor mío; eres fuego que consume—besa suavemente una de sus tetillas—mi amor por Nadia era inocente e infantil y se debía a tu influencia en ella, además mi amor por ti es espiritual, carnal, y diabólicamente excitante. La lujuria y el amor puro se mezclan creando eso que somos tú y yo.
Gulf simplemente cerró sus ojos mientras, Mew, se subió arriba y empezó a dejar rastros de saliva por todas partes de su hipersensible cuerpo.
—Tu cuerpo, es una poesía que disfruto leer día tras día y siempre encuentro significado que me llevan al éxtasis—baja los pantalones de Gulf, abre sus piernas y saborea sus labios al notar el manjar que iba a degustar —eres el agua mi luna que quiero beber hasta el fin de mis días— entierra su cabeza en la entrepierna de Gulf.
Gulf al sentir la lengua de su rey en la entrada, no evita sonreír de placer, con la boca abierta, las arqueadas producto de los espasmo no evita morder sus labios, Gulf, se estaba volviendo loco con aquella lengua de su monarca haciendo estragos en su zona de placer.
Luego de unos minutos, Gulf, estaba agotado mientras en su rostro se dibujaba una sonrisa, de repente siente el falo de su hombre y gime.
—Mew, ¡ah!.. Eres increíble—se abraza a él profundizando aún más la estocada de Mew...
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***
Mijaíl estaba aburrido, nada últimamente pasaba que lo emocionara, sonrió y pensó que pasar una temporada en el palacio no estaría nada mal.
—Marta avisa al rey, Mew, que el fin de semana iré a visitarlo.
—Cómo usted diga su majestad.
Mijail suspiró, ya el gatito le hacía falta.
—Gulf Solaf lamentablemente tú no dejarás tu aroma en mis sábanas de sedas—ve su celular y sonríe—eres el pecado andante gatito que no podré disfrutar.
—Mi señor ya envié el mensaje a Damasqui, cuando avisen le comunicaré.
—Ok, prepara los regalos para el futuro consorte, quiero los mejores cortes de diamantes para anillos y collares, que no se diga que el rey Mijail Siratos no trató cómo se debe al consorte de su aliado.
