Después del nacimiento de la hija de Minrra, Gilyan no pudo postergar lo inevitable: su inminente boda con un rey apático y malhumorado, quien le había enviado frías cartas desde que tenía memoria.
Yael, al notar el descontento de Gily hacia este ma...
Gulf estaba feliz, su rey había cancelado su viaje a Breta donde sería la gran festividad de luna, no sabía los motivos, pero notaba que ta Léxi no era del agrado de su señor.
—¿Estás seguro Kalam que no sabes el motivo de la cancelación a Breta?
—Se lo juro Kunatap, y si lo sé al segundo se me olvida, sabes que soy distraído.
—Comer si no se te olvida—dice Gulf mientra mete una fresa a su boca.
El chico se ríe con descaro y llena su boca con diferentes tipos de queso cuando lo baja por su garganta responde:
—Por supuesto, comer es vida, los chismes te cortan la cabeza—habla el chico de veinte cómo si tuviera 100 años.
Por eso le agradaba Kalam, no era de entrometerse ni llevaba y menos traía y así sin problemas podía convivir con ambos amantes sin incomodidad.
—Los dos me agradan, si se trataran vieran que tienen más en común que ser amante del rey.
—Kalam, esa es tu ventaja tu placer está en la comida, y la obtienes sin tener compartirla con nadie, lamentablemente el rey solo tiene un pene y un solo corazón y ambos lo quiero completamente para mí.
Kalam se ahoga con el pan.
—Mi kunatap sea más prudente, siempre me ahogo a su lado— dice entre risas.
Gulf suspira.
—Dos meses más y mi rey solamente tendrá mi olor en todo su cuerpo, lo dejaré tan cansado que cuándo visite los aposentos de Léxi no se le va a parar.
—Usted es maquiavélico.
—Pero un amor contigo...
—Eso sí—contesta feliz.
Luego del desayuno Gulf se despidió del único concubino principal que le agradaba.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
***
Léxi al otro día estaba triste, enojado y bastante decepcionado.
—Mi rey por favor mi gente lo espera no me haga eso—habla mientras esta arrodillado frente a su trono.
—Léxi, casi me matas, si no me hubiese salvado la vida aquella vez te hubiera llevado a la horca sin prnsarlo.
Léxi tomó valor y dijo:
—Me enojé, usted ya no me toca, aparte que no puedo tener a mis hijos tengo que vivir en este palacio cómo un mueble y soldado a su servicio, eso soy para usted un instrumento para mantener a Breta contento, pero con todo respeto su majestad ellos notarán la gran diferencia que tiene conmigo y el Kunatap, le recuerdo que yo tengo el apoyo de unos de los principales territorios de Damasqui y ello desean un príncipe que tengan lazos con Breta y mejor aún con la tribu lobo.
—Léxi te estás pasando—advierte mientras intenta guardar la compostura.
Pero Léxi le valió mierda siguió hablando y diciendo todo lo que guardaba su corazón.
