Muy de madrugada los 4 generales visitaron el castillo del enlutado general Nav, este ya los esperaba, sabía que su amigo Nodal no hacía visitas por hacerlas.
Luego de las presentaciones formales todos con tragos en mano fueron hacia un despacho donde sería la mas importante conversación de sus vidas.
—Nodal, mis manos arden simplemente al verte eso índica que algo está por pasar o descubriste algo que no incumbe a todos los presentes de esta habitación.
—No solo a nosotros, sino a todo el imperio—Nodal se quita la venda que cubría su marca los 3 generales por igual dejando asombrado al general Nav.
—¡Pero qué, demonios!
—Si...
—Sus cuerpos están envenenados, comúnmente el líder de los lobos lo utiliza con los traidores, ¿acaso hicieron transgresiones a sus tribus?
—Me conoces, sabes que soy fiel a mi tribu y al imperio, así que vine a ti para que nos ayudes, necesitamos la cura y a cambio entregamos nuestra lealtad al futuro Karalis.
Nav no se fue con rodeos.
—Nodal deben decirme la razón de esta seña, ustedes prácticamente son conspiradores, si mueren y el rey descubre la marca no lo van a enterarse con honor.
—Nav, necesitamos la cura, confía en mí, y juro a los dioses que cuando tenga todo sobre la mesa te diré todo, pero con estas marcas no podremos hacer nada, nuestros subordinados no confiarán en nosotros y si hablamos en contra del que nos envenenó, nuestra vida se puede acortar.
Nav asintió.
—Confío en ti Nodal, vuelvan a sus territorios, no prometo nada, ya que ese veneno no tiene antídoto, puesto que es producido por el cuerpo del jefe de los lobos y no sé qué me dirá mi señor.
—No te preocupes, algo si te imploro es que sea lo más pronto posible.
Nav asiente, sabía que algo había detrás de todo esto que podría afectar a su señor Gulf.
Los 4 generales se marcharon, con la esperanza de regresar al mismo lugar.
***
Nav esa misma madrugada viajó a la ciudad de Damasqui, llamó a su señor cuando llegó y este fue de inmediato ya reunido le contó sobre los generales y el mal que aquejaba producto del veneno.
—¿Y por qué crees que yo podría ayudarles?
—Mi señor usted le dio a beber la cura roja a mi difunta Mila, así le llamo mi hija a lo que usted le dio a beber.
—Usted me dice que esa marca la tienen los traidores... ¿por qué debo de confiar?
—Así es, pero conozco a Nodal no sería capaz de traicionar al imperio, pienso que los clanes están conspirando en contra de usted.
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Un Concubino Fuera De Serie.
FanfictionDespués del nacimiento de la hija de Minrra, Gilyan no pudo postergar lo inevitable: su inminente boda con un rey apático y malhumorado, quien le había enviado frías cartas desde que tenía memoria. Yael, al notar el descontento de Gily hacia este ma...