Capítulo 36

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Capítulo 36
[Un destino impredecible]

Aisha Hansley

¿Cómo mi vida llegó a cambiar tanto en menos de un año? ¡¿Cómo?! Los giros que da la vida son tan inesperados, que incluso dan miedo. No hace mucho que, con la única persona que podía entablar una conversación "decente," era con mi propio hermano.

Mi pequeño mundo había dejado de ser un lugar solitario, pues se había vuelto un mundo lleno de risas, llanto, estrés, miedo e incluso de desesperación. En tan poco tiempo he llegado a conocer personas increíbles, de esas que vale la pena conocer y que, con un mal chiste, logran hacerte reír más de lo esperado. Además, he experimentado sensaciones y emociones que jamás creí que tenía o que podía llegar a sentir en algún momento.

Desde muy pequeña obedecí las reglas al pie de la letra, jamás hice daño a nadie y muchos menos cuestioné una decisión de mis padres o de mi tía, jamás entablé conversaciones con extraños, practiqué mis lecciones de piano y violín aun cuando estaba cansada, y solo quería salir a jugar con mi hermano, mis modales fueron los mejores, mi ropa siempre estaba limpia e impecable, saqué las mejores calificaciones todos los años. En pocas palabras, he sido una buena niña desde un comienzo, una que no le da ningún tipo de problema a sus padres y además, es "perfecta."

Leí muchos libros de romance, es más, han sido demasiados que hasta ya perdí la cuenta. Mis expectativas hacia una persona real eran enormes.

El amor que se muestra en los libros aparentemente es perfecto, aún con sus miles de defectos y problemas, sin embargo, en la vida real no es así, porque el amor es hermoso y a su misma vez destructivo. En los libros el tiempo se congela, en ellos puedes repetir tu momento favorito una y otra vez, mientras que en la vida real, el tiempo avanza y te consume.

Creí que mi vida era perfecta, que nada ni nadie podía alterar o cambiar mi mundo. ¡Ja! O eso es lo que creí hasta que llegó él y empezó a demostrarme lo contrario. Dylan me sacó de la burbuja en la que permanecí encerrada todo este tiempo, y, gracias a ello, aprendí que la vida perfecta no existe, que no debo ser un robot, sino una persona de carne y hueso, que siente, que vive a su manera y no a la de los demás.

Vivir sin tener la correa sujetada al cuello... hizo que tomara decisiones inconscientes e irresponsables, no sé cómo voy a decirle a mis padres que estoy embarazada a la edad de 18 años. Bueno, ya falta menos de un mes para cumplir los 19. Aun así, esto es un desastre.

Le pedí a Ellen que no dijera una sola palabra de esto a nadie, no quiero que los demás se enteren, no aún, solo debo buscar la manera o el momento para decírselo a Dylan y luego a mis padres. Incluso Arthur tampoco debe saberlo porque entre menos personas lo sepan es mejor.

Mi celular vibró, inmediatamente, estiré mi brazo hasta la mesita de noche para alcanzarlo. Abrí los ojos, sorprendida, pestañeé varias veces y me di pequeños pellizcos en los cachetes para asegurarme de que estaba despierta.

Dylan: Hola, me preguntaba si puedes acompañarme a un lugar mañana por la tarde, ¿qué dices?

¿Debería aceptar o no? No sé, hace mucho que no hablamos, tampoco nos hemos visto desde... lo que pasó. Aunque debo admití que es una buena oportunidad para poder contarle sobre mi embarazo.

Aisha: ¿A qué horas?

Dylan: A las 2:00 pm.

Aisha: Vale, me parece bien.

Dylan: Okey. Mañana nos vemos.

Perfecto Desastre © #1 [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora