Perfecto Desastre © #1 [+18]

Capítulo 39

Capítulo 39
[Noticia desgarradora]

Dylan Beckett

— Ellen, ¿piensas quedarte el resto del día y la noche en mi habitación? — pregunté, observándola, ella no decía absolutamente nada, solo se limitaba a mirarme con curiosidad y molestia.

— Si es necesario, sí — dijo, cruzada de brazos.

— Ya no tenemos trece años para dormir juntos de nuevo — le recordé.

Cuando éramos más pequeños solíamos hacer pijamadas, Ellen siempre me obligaba, bueno, se metía a mi habitación y no se iba.

— No me importa — espetó.

Sé que sigue molesta porque ya pasó más de una semana y no he hablado, o mejor dicho, no he arreglado las cosas con su mejor amiga. En lo personal, no pienso hacerlo, así me atosigue todo el tiempo.

— Si estás así por ella... déjame decirte que pierdes tu tiempo, Ellen, porque no está en mis planes volver con ella — dije con una voz casi temblorosa e insegura.

Dudo mucho, tanto que a veces... pienso que quien se equivocó fui yo y no ella, pero no he podido perdonarla. Ella era la única persona que jamás creí que me fallaría, es por eso que la herida que me hizo es bastante profunda.

— Eres un idiota.

— Gracias por recordármelo.

— Ella está emb... — pareció que iba a decir algo importante, ya que la reacción que tuvo al instante la delató —. Ella también está destrozada, no solo tú, Didi.

— ¿Y qué quieres que haga? No soy pegamento para arreglar lo rota que está.

— No uses el sarcasmo conmigo — me advirtió.

— Bien.

— Sé que ella se equivocó, también sé que cualquier persona puede cometer un error, ya que no somos máquinas perfectas para hacer todo bien.

— Eso lo sé.

— Entonces, ¿por qué, Didi?

— Porque... — suspiré —. Últimamente, la veo muy cerca de la zanahoria de su compañero.

— ¿Lukas?

Asentí.

— Él solo es su amigo y compañero de clase. Si fueran algo más que eso, Aisha ya me lo habría dicho.

— Lo sé, pero...

— Solo buscas excusas para no reconocer que te equivocaste al tratarla de la manera en que lo hiciste.

— Tú qué sabes.

— Te conozco muy bien, Didi. Eres el más orgulloso de los tres, por eso comprendo cómo te sientes.

— ¿Tú le perdonarías algo así a Adam? — pregunté.

— Jamás, o tal vez, sí. Pero primero lo haría sufrir mucho — sonrió.