Capítulo 30

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Capítulo 30
[Un viaje con destino a Francia]

Aisha Hansley

Llevamos alrededor de media hora esperando a que Oliver, Jimena y Duque aparezcan. Este viaje promete ser bastante bueno, por lo que es difícil de creer que Oliver sea el único, de todos nosotros, que aún no aparezca.

— ¿Le habrá pasado algo? — pregunté al aire para que cualquiera pudiese responderme.

— No, no creo. Es Oliver, las clases de karate deben servirle de algo — dijo Alan.

— ¿Karate? — inquirí, sorprendida.

— Sí, lo practica desde los ochos años — mencionó Fred.

— Oh... increíble — murmuré.

— Juro que si no llega pronto lo voy a matar — habló Dylan, furioso.

Es entendible que esté así, después de todo, el calor está a una temperatura insoportable. Él odiaba el calor con todas sus fuerzas. Tres minutos después, aparecieron Oliver y su novia, Jimena, junto a su perro, Duque.

Duque era un perro de raza golden retriever, su pelaje se veía sedoso y brillante, su color era una mezcla de amarillo con naranja, ese perro sin duda era hermoso. No obstante, Jimena no parecía ser la chica que conocí hace meses, esta vez se veía más antipática, más ególatra, es más, parecía que ella era quien dominaba en la relación.

— Hola, perdón por la tardanza, pero tenía ciertos asuntos que atender — mencionó Oliver, rascándose la nuca.

— Espero que esos asuntos no se vuelvan un problema — le dijo Dylan mientras miraba a Jimena por unos segundos, luego giró la cabeza restándole importancia a su presencia.

Oliver abrió la boca en señal de decir algo, pero no lo hizo. Duque me miraba serio. Soy nueva en el team, así que es lógico. Se acercó a mí y por un momento, creí que iba a morderme cuando abrió la boca, pero fue todo lo contrario. Empezó a menear la cola mostrando felicidad, me agaché y este lamió mi cara.

— Te dije que le agradarías — me recordó Oliver.

— ¡Es tan hermoso! — pronuncié mientras acariciaba a Duque.

— Gracias. Se debe a que me baño todos los día con agua y con jabón, como el muñeco pin pon — bromeó Oliver.

— Tú no, idiota. Ella habla del perro — le aclaró Dylan.

— Lo sé, solo bromeaba — bufó.

— Es hora de irnos — nos recordó Fred.

— Duque, querido. ¡Ven con mami! — le llamó Jimena. Duque la miró, luego volvió a girar la cabeza hacia mí, ignorándola — ¡Mi amor, ven con mami! — repitió y Duque siguió sin hacerle caso — ¡Duque! — le gritó, impaciente.

— Cariño, deja que vaya con Aisha, al parecer le ha gustado porque no quiere alejarse de ella — le dijo Oliver.

— Genial, ahora mi rival es un perro — bromeó Dylan.

— Como prefieras — Jimena giró los ojos.

— ¡Chicos! — insistió Fred.

— Calmado, mi Fred, que te me arrugas — le dijo Oliver, divertido.

Oliver me dio la correa de Duque, en cuanto empezamos a caminar hacia el Jet, me siguió sin que yo hiciera esfuerzo alguno para halarlo.

Duque amaba a Dylan, y cómo no hacerlo, si era el mejor amigo de su dueño.

Perfecto Desastre © #1 [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora