Capítulo 44

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Capítulo 44
[Una Estrella que vuelve a brillar]

«Una de las cualidades más hermosas de la verdadera amistad es comprender y ser comprendido».
Séneca.

Aisha Hansley

Arthur y yo nos encontrábamos sentados en la sala de mi casa. El silencio y la incomodidad reinaba entre ambos, algo demasiado raro. Aunque... considerando que no le había dicho que voy a casarme dentro de una semana, es más que lógico que esté molesto e incómodo conmigo.

La mirada de Arthur era diferente, lucía apagada, el brillo en sus ojos se había desvanecido y en su lugar había frialdad, y rechazo. A simple vista, solo quedaban dos bolitas en su rostro, las cuales solo servían para que no se tropezara al caminar.

Su cambio es demasiado notorio y ahora que lo detallo mejor, está mucho más delgado que antes, ¿qué te sucedió, Arthur? ¿Cómo es posible de que la Estrellita alegre que conocí... se haya apagado?

— Deja de mirarme cómo si te diera lástima — bufó, molesto.

— Yo no... — intenté explicarle pero él me interrumpió.

— Aja sí — giró los ojos, respiró y exhaló mientras su mirada estaba fija en la nada, luego me miró y con una voz firme y seria me preguntó —. ¿Sigo siendo tu mejor amigo o ahora soy un desconocido para ti?

— ¿Por qué me preguntas eso?

— ¿Por qué será? Dejaste de hablarme de la nada, no volviste a enviarme mensajes o a responder los míos, te envié muchos mensajes y no respondiste ni uno. Te llamé y cada vez me enviaba al buzón. ¿Tienes idea de cómo me sentí? No, no la tienes, porque en ese momento pensaste solo en ti y en nadie más.

— Mi celular se dañó y...

— ¡No quiero tus excusas, Aisha! — gritó, desesperado —. Solo quiero que, por una vez en tu vida, me escuches. Aunque sería pedirte mucho, ¿no? Porque ahora estás tan ocupada preparando tu boda, de la cual ni siquiera me hablaste, y sí, no es tu obligación decirme todo lo que pasa en tu vida, porque solamente soy tu mejor amigo y nada más. Pero, ¿sabes cómo se siente que la única persona en la cual confías se marche y te excluya de su vida, así como si nada, tan de repente y sin darte una explicación de por qué lo hace? Tal vez no debería exigirte una explicación, pero una parte de mí quiere hacerlo.

Es verdad, me alejé de él y de todos sin dar una explicación. Y fue un error hacerlo. Ahora lo sé. Pero, a veces no puedes ni con tu propia alma como para cargar con la de los demás. Y no, no es ser egoísta, es ser realista.

— No voy a endulzar una excusa para que me perdones. No voy a justificarme porque no tengo derecho a hacerlo. Sí, me equivoqué, claro que lo hice. ¿Pero quién en esta vida no lo hace? No digo que equivocarse está bien, pero no somos humanos perfectos para hacer todo bien, Arthur.

— ¿Por qué? ¿Por qué me dejaste cuando más te necesitaba? Dime, Aisha, ¿por qué? — suplicó, sus ojos comenzaban a humedecerse, Arthur estaba haciendo un gran esfuerzo por no romper en llanto —. Cuando te fuiste... quería detenerte, pero no lo hice, porque era tu decisión si te quedabas o no. Mi vida desde que te fuiste ha sido un maldito y asfixiante infierno, yo... ¡Yo solo quería que mi mejor amiga y la única persona que me conoce y sabe todo de mí, estuviera ahí cuando todo mi mundo se derrumbó! — dijo, alzando la voz y sus palabras sonaban tan desgarradoras —. Cuando todo se quebró — pronunció en voz baja —, quería que estuvieras ahí, para ayudarme a recoger los pedazos de ese mundo caído. De mi mundo caído.

Perfecto Desastre © #1 [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora