Capítulo 29

127 17 31
                                    


Capítulo 29
[Desfile de modas]

Aisha Hansley

Todo esto parecía casi irreal hace como tres semanas, aún sigo sin creer que saldré modelando frente a tantas personas y ni hablar de las cámaras, aunque normalmente las personas se fijan en el atuendo y no en la persona que lo lleva.

La maquilladora estaba dándome los últimos retoques, mientras yo estaba revisando mis redes sociales. Desde que Dylan subió una foto conmigo a su Instagram, he estado recibiendo muchas solicitudes de seguimiento de una gran cantidad de personas.

— Me he enamorado de tu rostro — me dijo la maquilladora —, tienes unas facciones perfectas y esos pómulos son divinos.

— Eh... gracias — sonreí, tímidamente.

Me había hecho un maquillaje estupendo, no había ni rastro de que alguna vez tuve ojeras. Me había colocado pestañas, había resaltado mis ojos con sombras de color café, rosa y naranja suave, también agregó un tono dorado brillante encima, haciendo que resaltara aún más y ni hablar del delineado, que era perfecto.

Utilizó un rubor en tono rosa claro en mis pómulos y un labial rojo en mis labios que me hacía ver extremadamente sexy. Todo el maquillaje iba de acuerdo a mi color piel.

— Sé que eres hija de Verónica y también sé que no me conoces, pero yo le pedí precisamente trabajar contigo y no con otra chica.

— ¿Por qué hizo eso? — le pregunté a la maquilladora, confundida.

— Gracias a una charla que tuve con tu madre, entendí que mi verdadera vocación era el maquillaje y no ser contadora. Soy una vieja amiga de tu madre, ella más que nadie sabe la calidad de mi trabajo y quedó encantada con la idea de que fuera yo quien te maquillara el día de hoy.

No mentía, su maquillaje era muy bueno y hasta se me cruzó por la mente el pedirle unos pequeños tips para las cejas y el perfilado de nariz.

— Tu maquillaje es increíble — le dije.

— No exageres, soy buena maquilladora, pero ese maquillaje quedó perfecto gracias a que tienes un hermoso rostro. Me recuerdas a tu madre, un poco, bueno, solo en lo bella, porque su personalidad era más fuerte, por no decir dominante. Tú eres un lindo terroncito de azúcar y tu madre un chile habanero.

— ¿Me estás poniendo en mal con mi propia hija, Kasandra? — le preguntó mi madre, acercándose.

— Solo le digo la verdad, ella es tan dulce, pero tú, verónica... — Kasandra giró los ojos.

— Ya no sigo siendo esa chica mala que conociste en la universidad.

— No, pero aún sigues siendo un poco dominante — Kasandra sonrió, divertida.

— Algunas cosas nunca cambian, aunque pasen los años — mi madre se encogió de hombros.

En algo sí tenía razón Kasandra, y es que mi madre no es alguien a quien vas a pisotear y salir bien librado después de hacerlo, su carácter es fuerte, dominante, como dice su amiga.

— Y bien, hija mía, ¿lista para lucirte? — preguntó mi madre, colocando sus manos sobre mis hombros.

— Eh, ¿puedo salir corriendo ahora mismo? — bromeé.

— Hazlo y te quedarás sin ir a Francia mañana — dijo en voz baja, mi querida madre.

Y a eso, me refería cuando dije que era dominante.

— Es bromeando, mami — sonreí.

—Yo igual, cariño — mintió.

Sé que es capaz de no dejarme ir.

Perfecto Desastre © #1 [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora