Cielo Sin Estrellas [Isaac Lahey y tu]

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— . . . ¿Por qué yo? — preguntó Isaac, demasiado serio para ser él

— Porque debo asegurarme de que Argent no arruine el plan — Scott le dio la inyección que Deaton había hecho — Mira, tiene que ser intravenoso —

— Es decir que tiene que llegar a la vena — le expliqué mirándolos de reojo

— Pero... — intentó protestar

— Cuando lo encuentres, jala el émbolo de aquí — señaló la parte de atrás de la inyección — Creo que en el cuello sería más sencillo —

— Encuentra una vena, métela allí y jala el gatillo — dije más fácilmente

— Creo que tu deberías explicar los planes — coincidió Scott — Con cuidado — y le entregó la jeringa

Isaac solo rio.

— Dudo que yo pueda lastimarlo —

— Me refiero a ti — miré a Scott con el ceño fruncido, igual que Isaac

Chapulín.

Ahora si cállate. Scott no es así.

¿Segura?

¡Si! 

— Puedes salir herido — agregó Scott al ver nuestras caras. Isaac se quedó callado — Y cuídala. Recuerda que no es una mujer lobo — me pasó una mano por el cabello despeinándome más — Cuídate — susurró antes de irse — Mejor tu inyéctale eso. No creo que Isaac me este escuchando del todo — era verdad, Isaac seguía mirando un punto fijo, confundido

— Sí. Tu igual. Ten cuidado —

Tuve que jalar a Isaac y arrastrarlo hasta encontrar a Érica.

— ¿Entonces solo tenemos que encontrar a Jackson e inyectarle esto? — preguntó mientras señalaba la jeringa en mi mano

— Si, básicamente — respondí mientras lo buscaba

— Sí... yo lo haré, podrías herirte — Isaac me quitó la jeringa

Intenté quitársela, pero era mucho más alto que yo.

— Lo siento, ________. Es esto o morir con depresión —

— ¿Con depresión...? ¡Espérenme! — grité corriendo detrás de ellos. Érica había encontrado a Jackson

Cunado estuvieron con él, ambos comenzaron a bailar juntos: Érica en medio con Isaac y Jackson a sus lados. Hicieron un baile el cual me opuse a ver, me negaba a presenciar como Isaac bailaba de esa forma con Érica.
Me giré incómoda hacia otro lado. Además de que mis celos aumentaban con cada movimiento de cadera que Érica hacía y me daba la impresión de que bailaba más para Isaac que para Jackson.

Son los celos, son los celos, son los...

Sabes que no.

Por una vez ayúdame. 

No puedo, yo soy peor que tú.

Son los celos, son los celos, son los celos, son los celos... Me repetía miles de veces.

Me giré a todos lados intentando no mirar. Estuve así como por 10 minutos, hasta que ya no los vi. Ahora me giré a todos lados buscándolos, pero nada. Solo vi a Jackson con su cara de asesino.

— ¡ISAAC, ÉRICA! — busqué por todos lados, pero nada — ¡¡ISAAC!! — grité hasta que me caí — Maldición — 

— ________ — alguien dijo mi nombre en un susurro, apenas si había escuchado