Cielo Sin Estrellas [Isaac Lahey y tu]

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Al final tuvimos que alojarnos en un motel. 

Dios, que poca clase. 

No esperes un hotel 5 estrellas. 

Bajamos el autobús y miramos el lugar "Motel California" decía el enorme letrero. 

— Bueno, pues tiene su encanto — arrastramos las pequeñas maletas hasta quedar en círculo con el entrenador en medio. 

— He visto peores — dijo Scott 

— ¿En dónde? — el entrenador hizo sonar su silbato

— ¡Escuchen! La reunión ha sido pospuesta para mañana. Este es el motel más cercano con habitaciones disponibles y la falta de juicio para aceptar a degenerados como ustedes. Se quedarán es parejas. Escojan bien — hice una mueca cuando Stiles me jaló del brazo 

— ¿Tu qué? No voy a dormir contigo — le di un manotazo 

— ¿Qué? ¡Claro que lo harás! No dejaré que te quedes con Isaac — 

— Pues tampoco quería hacerlo — 

— ¡Y no habrá perversiones sexuales cometidas por ustedes, pervertidos! ¿Entendido? ¡Guarden sus sucias manos para ustedes mismos — nos gritó el entrenador mientras tomaban las llaves

Dejé a Stiles peleando con Scott por cual cama tomarían. Me acerqué a Lydia que miraba el lugar extrañada.

— ¿Lydia? — 

— No me gusta este lugar — Allison se detuvo a mi lado 

— Ni a los dueños les debe de gustar este lugar, pero es solo por una noche — por su cara, sabía que no era por la calidad del lugar 

— Todo puede pasar en una noche — un escalofrío me recorrió el cuerpo cuando la seguí adentro 

No tenía ni idea de con quién dormiría. Porque no quería hacerlo con Stiles y Scott. 

Siempre está Isaac. 

O Lydia y Allison. 

O Isaac. 

O Danny. 

O Isaac. 

Con Isaac no será y punto. 

— Ah — grité cuando alguien me arrastró — ¡Suéltame, Lahey! — Lydia se detuvo y me sonrió 

— Nos vemos mañana — 

— ¿Qué? ¡Lydia! ¡Allison! — ambas se fueron riendo

Me giré hacia Isaac con los brazos cruzados y con mi mejor cara de enojo que pude darle. 

— ¿Sabes? El color rojo de toda tu cara delata el poco enojo que tienes — caminé hasta quitarle la llave 

— A las personas también se les pone la cara roja del enojo. — caminé dejándolo atrás
— Habitación 203, genial — la busqué con Isaac siguiéndome 

— No puedes estar todo el tiempo enojada — se colocó delante de la puerta sellándola 

— Apártate Isaac — 

— Lo haré si me perdonas — 

— ¿Yo? ¿perdonarte? ¿Fue a mi a la que casi matas? — se colocó una mano en la nuca 

— No, pero... — 

— Isaac — lo detuve bruscamente — Debes de pensar antes de actuar o al menos ver las consecuencias, ¿Qué hubiera pasado si hubieras dejado inconsciente a Ethan y después anduviera caminando como si nada y sin ninguna herida? Sería sospechoso y si los descubren a ellos también a ustedes. —