Cielo Sin Estrellas [Isaac Lahey y tu]

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Narra _______

Pasé mis dedos por la corteza de los árboles que formaban un camino hasta el pueblo, Beacon Hills. Estábamos a las afueras en la casa. 

— Mamá — la llamé mientras saludaba a otras personas 

— ¿Si? — 

— Comienza a doler — dije llevándome una mano al pecho — Me quema — me pasó una mano por el pecho

Tenía la cicatriz profunda hecha por una daga, pero claro, si alguien más la ve, jamás sabrá qué lo hizo, cómo. No sabrán su historia. Las cicatrices no son solo marcas en tu cuerpo: son una historia oculta en ellas. Y yo quería contar la mía. 

Mamá me explicó todo. Tan solo quedaban unas horas para que muera, de verdad, y yo no tenía ni idea de que haría. Apenas llevaba unas horas aquí, cuando en realidad ya habían pasado casi los dos días. 

— Ellos también están tomando una decisión, cielo. Scott... — dejó el nombre flotar entre las dos 

— ¿Él qué? ¿Está bien? — 

— Él y Stiles se culpan. Piensa que podía hacer algo más, y Stiles... — 

— Ninguno de los dos la tuvo. Yo fui quien decidí — 

— Scott quiere darte la mordida. Quieres que sea su primer beta. 

— Una mujer loba — murmuré inquieta — Si lo hace, regresaré si o si, ¿verdad? — 

— Si no se decide muy tarde, sí. A menos de que vuelvas antes. Regresarás como humana. Aún no te habrá mordido — me dejé caer en una banca cerca de la heladería a donde íbamos de pequeños con ella

— Quién diría que hasta morir sería difícil. ¿Ahora debo de decir si quedarme muerta o regresar a la vida como mujer lobo o humana? Peter tenía razón cuando dijo que nadie en Beacon Hills podía quedarse muerto — mamá rió

— Solo tu puedes elegir eso — 

— ¿Y si elijo la mordida? ¿Si no la soporto? — 

— Morirás, y esta vez no habrá segundas oportunidades. — asentí distraídamente 

Dos me harían correr riesgo. La otra es segura, pero aburrida y a mi no me gusta lo aburrido... 

Narrador omnisciente: 

El lobo alfa de la manada estaba sentado al lado del cuerpo de su mejor amiga casi muerta y frío. Tenía su mano entrelazada con la de ella, mientras la sostenía con fuerza. 

— Fue mi culpa — confesó con la voz rota — Sabía que Stiles estaba mal y tu también y aún así te dejé. Me alejé de ti. No te presté atención. Debí saber lo que planeabas. Debí hacer algo para impedirlo. Debí... — la voz se le cortó. Tomó un vaso de agua a su lado y se lo bebió todo de golpe