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Papá me ayudó a desempacar las cosas. 

— No sabes la falta que les hiciste a esos tres — dijo mientras se sacudía las manos 

— ¿Tres? — le pregunté acomodando las maletas 

— Sí. Stiles, Scott y Isaac — sonrió abiertamente 

— ¿Y tú no te incluyes? — 

— Eres mi hija. Te extrañe más que ese trío — yo también le sonreí

Las luces de un auto interrumpieron nuestra conversación e iluminaron gran parte de la casa. 

— Conozco ese ruido de motor demasiado bien — papá sonrió al verme correr hasta la entrada de la casa como niña pequeña 

Nuestro Jeep estaba afuera de la casa y de el bajaron Stiles y Scott. El primero tardó unos segundos en reconocerme, y no lo hizo por completo hasta que Scott le dio un manotazo en el hombro. 

— ¡¡________!! — corrí hasta donde él

— ¡¡Stiles!! — al momento en que lo abracé con fuerza temí haberlo asfixiado 

— Como te vuelvas a ir por tres meses te corro de la casa, ¿escuchaste? — le revolví el cabello felizmente 

Hasta que caí en cuenta de algo. 

— ¡Oh, por Dios, Stiles! — abrí los ojos de par en par, sorprendida

— ¿Qué? — 

— ¡Te dejaste crecer el cabello! — casi me asesinó con la mirada 

— Sí, que bueno que te diste cuenta — me giré hacia Scott el cual me esperaba pacientemente  

Fui a donde él y lo abracé. 

— A ti también te extrañé, lobito — rodó los ojos divertido 

— Yo igual. Y es que si tenía que seguir escuchando día y noche las quejas de Isaac y Stiles sobre por qué te habías ido... Me mutilaría yo mismo — Stiles a nuestro lado se ruborizó

— Prometo no volverme a ir por tanto tiempo — entramos a la casa y cenamos felizmente 

Eso si, noté a ambos muy tensos. No quise preguntar nada, por ahora. 

~●~

Al día siguiente, el sonido de las teclas siendo presionadas con fuerza hizo que me despertara. 

Sorpresa, Stiles estaba buscando algo. 

Tomé la almohada en la que antes estaba acostada y se la lancé en cabeza. 

— ¡Hey! — se giró hacia mí con los ojos entrecerrados 

— Tú me despertaste — 

— Cámbiate, ya es hora de ir a clases — a tropezones salí de su habitación y fui a la mía

No hice la gran cosa por arreglarme. Después de todo me iría a ver a Isaac. 

Y las dos sabemos que cuando se ven la ropa está de más. 

Me sonrojé al instante. 

— ¿Sigues buscando eso de los venados? — pregunté a Stiles una vez que entré  

— Si... ¿Sabes cuántas colisiones vehiculares hubo el año pasado relacionadas con los venados? —  suspiré pesadamente. 

Lo había extrañado, pero al parecer papá no tanto, estaba en la puerta con expresión aburrida. 

Cielo Sin Estrellas [Isaac Lahey y tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora