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El juego volvió a empezar y a Scott ya lo habían tirado, la pelota había ido a parar a la red de palo de Stiles ¿y qué creen? Sí, lo volvieron a tirar. 

El marcador iba 9 a 4 y la mayoría de los puntos anotados por nosotros habían sido gracias a Isaac. Las cosas iban de mal en peor, tanto en el juego como con el kanima. 

Me estaba mordiendo las uñas nerviosa, hasta que Scott se levantó preocupado. 

— ¡¿Scott?! ¡SCOTT! — no me respondió y comenzó a correr hacía la escuela

Miré a Stiles en busca de respuestas, solo se encogió de hombros, así que por obvias razones lo seguí, pero me detuve en seco al ver a Stiles con la pelota en su red. 

Literal, todos los del equipo lo seguían mientras Stiles gritaba y corría hacía la portería. 

— Ay, por Dios — susurró papá 

— Vamos Stiles — miré entre los dedos de mis manos como Stiles seguía corriendo con la pelota 

Se detuvo delante de la red mirando a todos lados. 

— ¡Stilinski! ¡Lanza la pelota! — gritó el entrenador — ¡Lánzala, idiota! —

— ¡Stiles! ¡Lánzala! — le grité emocionada  

Stiles lanzó la pelota y ¡¡ANOTÓ!! la pelota dio exactamente en la red y el portero no lo atrapó. 

— ¡Sí! — gritamos todos. 

Papá se levantó de su asiento con las manos en el aire.

— ¿Anoté? — preguntó aún sin entender — ¡Anoté un punto! — corrí hasta donde él y chocamos las manos 

— ¡Anotaste! — le grité en el oído  

— ¡Anoté! — y lo abracé felizmente

Y así siguió anotando puntos, hasta que habíamos empatado al otro equipo. 

Todos, literalmente todos gritábamos y festejábamos, hasta el entrenador. 
Papá estaba feliz, muy feliz al igual que Lydia, Melissa y yo. 

Un punto, otro punto y otro punto. Todos anotados por Stiles: Sentía su felicidad, su emoción, todo y era genial. En las gradas y en todo el campo solo se escuchaban los gritos felices de las personas y los aplausos, todos para Stiles. 

Lo hizo. 

Enserio lo hizo. 

Lo miré orgullosa. Sé que esto y conquistar a Lydia siempre fue lo que él quiso y ahora lo estaba logrando. Sonreí aún más cuando se abrazó con todo el equipo, después de todo era mi hermano y estaba siendo feliz. 

El silbato sonó y el marcador decía: Locales 10. 

¡Habíamos ganado! 

Abracé al Lydia. Papá y Melissa también se abrazaron. 

— ¡Ganamos! — gritamos Lydia y yo

Me bajé de las gradas y fui hasta la banca donde el entrenador gritaba felizmente. 

— ¡Ganamos! — 

— ¡Sí! ¡Lo hicimos! — los dos comenzamos a saltar  

— ¡LES GANAMOS A ESOS IDIOTAS! — el entrenador y yo nos abrazamos para después ir con el equipo

— ¡Ganaste, Stiles. Enserio lo hiciste! — me lancé sobre él, abrazándolo  

— ¡Lo hice, de verdad! — 

— Y no sabes lo orgullosa que estoy — nos soltamos del abrazo y en ese mismo instante las luces se apagaron 

Por instinto me pegué a él mientras que él me rodeó con sus brazos 

~●~

Gritos. 

Solo se podía escuchar eso y ver la oscuridad. Nada más. 

Las personas comenzaron a correr y yo no me solté de mi hermano. Corrimos hasta donde había un grupo de personas alrededor de un cuerpo. 

Oh, no. Oh, no. 

Stiles y yo nos acercamos. Entre los gritos lográbamos escuchar a Melissa llamar a Scott. 

Las luces se volvieron a encender. El entrenador llegó gritando y el cuerpo... El cuerpo era de Jackson. 

Me paralice al instante, ¿por qué Jackson? 

— ¡Jackson! ¡Jackson! ¿Qué le pasa a Jackson? — Lydia llegó a mi lado gritando 

— ¡Necesitamos un medico! — gritó también el entrenador. 

Melissa se inclinó y lo revisó. 

— No respira. No hay pulso. Nada — informó ella

Ahogué un chillido de terror.
Isaac apareció a mi lado y me abrazó por los hombros.

— Ay, por Dios, tiene sangre. Hay sangre — dijo Lydia cuando Melissa levantó su camisa 

— Miren — Scott señaló las uñas de Jackson 

— ¿Se hirió así mismo? — preguntamos al mismo tiempo

Me separé de Isaac y fui con Lydia la cual no tardó en abrazarme y comenzar a llorar y no dejó de hacerlo hasta que Melissa la llamó. 

— Agáchate — Lydia se rehusó — ¡Agáchate y sostén su cabeza de arriba! — le di un empujón animándola

Me giré para ir con Stiles, pero no estaba. 

No, él estaba aquí. 

Papá llegó a mi lado buscándolo. 

— _______, ¿dónde...? — 

— No... no lo sé — me giré de nuevo hacía todos lados

— Stiles, ¿en dónde está mi hijo? ¡Stiles! — 

— ¡Stiles! — grité desesperada — ¡Stiles! ¿En dónde está Stiles? — papá me tomó de los hombros 

— ¿En dónde está Stiles? — 

— No lo sé. ¡Estaba conmigo! — me tallé la cara nerviosa — ¡Stiles! — estaba temblando

¡Ya había tenido un ataque de pánico hace unas semanas! No puede ser otro. 

El frío me golpeó el cuerpo, las manos me temblaron al igual que los pies, los ojos me empezaron a picar... Oh, no

— ¡¿En dónde está mi hijo?! — el grito de papá me hizo desestabilizarme, los pies me fallaron y de no ser por las manos que me sostuvieron, hubiese caído al suelo. 

— ¿Qué le pasa? — preguntó Isaac desesperado 

— Ataque de pánico  — respondió Scott llegando a mi lado — ________ reacciona. Stiles estará bien, ¡________! — no podía respirar. 

Los pulmones se hacían pequeños, las lágrimas caían sobre mis mejillas.

— Stiles... — la voz se me cortó. No podía hablar 

— ¿¡Qué demonios es un ataque de pánico?! — gritó asustado — ¡¿Qué pasa?! — 

— Es cuando no puedes respirar. Stiles sabe como hacer que se recupere, pero... — 

— No está. Me di cuenta, McCall. ________... — Isaac colocó sus manos en mis mejillas 

— ¿Dónde está mi hermano? — me intenté levantar, pero me fue imposible

— Lo encontraremos — los paramédicos llegaron y me colocaron sobre una camilla — Estarás bien. Stiles lo estará, lo encontraremos ¿si? — asentí y lo último que vi fue a los paramédicos colocando un nebulizador en mi boca hasta mi nariz 

Cielo Sin Estrellas [Isaac Lahey y tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora