Yeimy se encontraba en la cocina tratando de preparar algo decente para desayunar. Esta vez quería ser ella quien sorprendiera a Charly con un delicioso desayuno. Después de liberar tantas endorfinas anoche necesitaba ingerir algo de alimento para aplacar el hambre que tenía. No era la gran chef o algo por el estilo, pero podía defenderse o eso creía. Tenía antojos por unos huevos revueltos con arepa y chorizo así que sacó lo necesario para preparar tan exquisito plato. Hizo un recorrido por la nevera para agarrar los huevos, chorizos y las arepas y después por el gabinete por los demás ingredientes. Estaba segura que todo iba quedar delicioso, que tan difícil podría ser preparar unos huevos con arepas pensaba. Empezó a freír los chorizos en el sartén, mientras que batía los huevos para hacer lo mismo con este. Por prestar demasiado atención en los huevos no se había fijado en los chorizos que se tornaban de un color rojo a otro negro carbonizado que empezaba a oler quemado. De pronto el detector de alarma se activó y el pitido tan molestoso se retumbó por toda la casa. Yeimy agarró la tapa inmediatamente y lo puso sobre el sartén para aplacar un poco el humo y evitar el fuego. Dicho sonido había sacado a Charly de un susto de la cama. Debido al olor a humo supo de inmediato que venía de la cocina y sabía perfectamente quien había causado semejante desastre.
- ¿Qué pasó aquí princesa, estas bien? Vociferó Charly para que su voz se sonara lo suficientemente fuerte por el sonido tan molesto de la alarma.
- Si, lo estoy.
- Quise prepararnos algo de comer, pero se quemó. Manifestó Yeimy en modo de resignación
- Y se puede saber que preparaste, o bueno que fue de lo que quisiste hacer. Preguntó Charly acercándose.
- Arepas con huevos y chorizo.
- Princesa gracias a Dios eres cantante, porque como cocinera te morís de hambre. Dijo Charly entre risas.
- ¿De que te reís idiota?
- Pues en tu intento fallido de ser chef.
- Hice mi mayor esfuerzo por preparar algo y vos en vez de ayudarme salís con mamadas.
- Princesa vení, calmate. Dijo Charly acercándose para abrazarla y dejar un beso sobre su sien.
- Si queres te ayudo pues.
- Si quiero, tengo hambre. Manifestó Yeimy haciendo un puchero.
Después de su fallido intento de preparar el desayuno decidieron finalmente hacerlo juntos. Yeimy pasó mas tiempo observando a Charly que en ayudarlo.
- Princesa vas a observarme por mucho mas tiempo o venís a ayudarme?
- Es que es mejor verlo que cocinarlo. Contestó Yeimy mordiendo su labio inferior.
- Vení. Rogó Charly para que ella se acercara.
Ella se acercó a el inocentemente sin saber cual era sus verdaderas intenciones. Charly agarró un poco de masa de harina en sus manos y lo arrojó encima ensuciando su cara y su pelo.
- TE MATO IMBECIL.
- Princesa me vas a dejar sordo.
- Sordo te voy a dejar cuando estampó esto en tu cara, malparido.
Yeimy siguió los mismos pasos que el agarrando la masa. Minutos después la cocina se convirtió en un campo de batalla. Masa de harina volaba en el aire como avión ensuciando toda la cocina. Se comportaban como dos niños chiquitos al que no podés dejarlos solos porque empiezan a destruir todo al su alrededor.
- Estarás satisfecho no?
- Si
- Vas a recoger todo este mierdero. ¿Entendiste?
- Pues no se hizo solo, vos también tuviste velas en este entierro.
- Cállate y limpia todo esto. Demandó Yeimy alejándose de la cocina.
Charly no tuvo mas remedio que obedecerla. Empezó limpiando toda la masa que estaba por todas partes tirada en la cocina, mientras que Yeimy disfrutaba de una ducha caliente relajante. Su amor no podía catalogarse de otra manera o se comportaban como unos niños que se odiaban o se comportaban como un matrimonio de diez años de casados. Ese amor era como una montaña rusa de emociones, no pasaba un día en que no se demostraban cuanto se querían. Después de unos largos minutos Yeimy salió de la ducha y se puso su bata de baño, emprendió su camino hacia la cocina para ver en que andaba Charly. Cuando entró lo vio lavando los últimos trastes sucios que quedaban y la cocina brillaba como nuevo, cualquiera que entraría en ese momento pensaría que no había ocurrido nada minutos antes. Con pasos sigilosos se acercó a el reposando su cabeza sobre su espalda y poniendo sus manos sobre sus pechos.
- Vos si que sos bipolar princesa, primero me querías matar ahora me queres comer, decídete pues.
- Ahora mismo quiero lo segundo. Contestó Yeimy dejando un beso cálido en su cuello.
Charly se volteó y se encontró con una vista tan tierna. Ella tenia el pelo mojado con algunos mechones cayéndose en su rostro y la cara recién lavada sin una gota de maquillaje. Con la diferencia de estatura que tenían Yeimy parecía una enana junto a el, toda una niña. Su puso de puntitas para dejar un dulce beso sobre sus labios. Charly se agachó para profundizar mas el beso. Un beso que empezó tiernamente se convirtió en uno salvaje, demandante. Morían por probarse de nuevo, cada rato que pasaban sin comerse, se sentía como una eternidad. Yeimy se acomodó entre su cuerpo atrapándolo entre ella y la encimera de la cocina. Bajó a su cuello besándolo mientras que con su mano lo estimulaba encima de su pantalón. Siguió su recorrido lamiéndolo y mordiendo hasta detener al borde de su pantalón. Se agachó y con su mirada buscaba el de Charly pidiéndolo permiso para continuar con su faena. Dejó caer su pantalón junto con su bóxer y agarró su miembro, empezó con movimientos de arriba hacia abajo de delante hacia atrás. Con la punta de su lengua empezó trazando círculos sobre su glande, continuó tomándolo poco a poco en su boca acostumbrándose a su grandura. Comenzó a succionar lentamente, cada vez incrementaba el movimiento de su boca mientras que apretaba su miembro. Inconscientemente tiró su cintura hacia delante para mayor satisfacción.
- Yeimy....
Charly agarró el borde de la encimera con fuerza, tirando su cabeza hacia atrás. En casi un susurró le dijo.
- Princesa estoy cerca.
Continuó succionando y chupando por unos minutos mas hasta que vino completamente en su boca entre un fuerte gemido. Cuando Charly se recuperó del orgasmo finalmente pudo hablar.
- No sabias de esos dotes princesa.
- Yo también tengo mis trucos princeso.
Para ser su primera vez no lo hizo mal, viendo la cara de satisfacción que tenia Charly podía decir que había logrado su propósito. Esta vez fue el quien se agachó para agarrarla entre sus brazos. Caminó unos pasos y la dejó sobre la encimera que había en medio de la cocina.
- Ahora me toca a mi complacerte mi amor.
Se deshizo de su bata dejándola completamente desnuda sobre este. Apreció su cuerpo por unos segundos antes de seguir. La agarró de la cintura atrayéndola mas a el, no tenia necesidad de estimularla porque se encontraba mas que mojada para el. De una estocada se deslizo en ella, empezó con embestidas lentas pero agradables. No tenia prisa, quería disfrutarla.
- Charly... Demandó ella.
Quería mas de el, ese ritmo tan lento era una tortura. No se esperó mas salió de ella para penetrarla completamente de una sola estocada. Cada embestida iba acompañada por los gemidos guturales que salían de sus labios. Comenzó a sentir la parte baja de su vientre contraerse y su vagina estrecha alrededor de el, sentía que estaba cerca y Charly lo sabia así que acérelo los movimientos provocando el clímax. No la dejo bajar de esa nube de placer cuando la inclinó dejando sus senos tocar el frio mármol de la encimera. Cada vez que tenían sexo lo hacían siempre viéndose a la cara. Yeimy era demasiado perfecta y verla a los ojos lo encendía, pero esta vez quería probar otra posición. Las embestidas eran potentes, salvajes pero placenteras. Yeimy tuvo que agarrarse para aguantar las embestidas. Sentir los jadeos de Charly en su oído era demasiado abrumador, provocando en ella sensaciones que jamás llego a pensar en sentir. Eso fue suficiente para venir nuevamente y minutos después Charly también llegó al umbral de placer entre jadeos y gemidos.
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Siempre seré tuya
FanfictionEllos decidieron el uno por el otro al final. ¿Puede el amor permanecer intacto sin quebrantarse?