Nuestro amor I.

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18+
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Los movimientos iban subiendo cada vez mas de tono, Charly entraba y salía de ella. Su mirada buscó la suya encontrándola con los ojos cerrados. Su rostro era un poema, tenia una mescla entre excitación y pena sabiendo que los muchachos estaban a poco metros de ellos. Con su pulgar se encargaba de darle masajes sobre su clítoris haciéndola torcer sus muslos para mejor fricción y de pronto paro todo movimiento de golpe haciéndola regresar de ese mundo de placer en el que se encontraba.

- Nuestros hijos están presentes, amor... susurró en su oído.

Yeimy lo vio con una mirada matadora, por un momento se olvidó en donde estaban y que tenían compañía.

- Esto no se queda así, oíste gran imbécil. Habló lo suficientemente fuerte solo para que el lo pudiera oír.

Charly salió del agua entre carcajadas. Le encantaba provocarla y luego verla volverse una fiera cuando la dejaba con ganas. Pero su amor era así, a veces podían actuarse como unos niños enamorándose por primera vez, luego se comportaban como dos seres odiándose a muerte o simplemente se la pasaban comiéndose a mas no poder. Se encargó de pedir comida a domicilio y pasaron el resto de la tarde comiendo, echando chistes, y disfrutando en familia.

- Amores, ¿porque no se quedan a dormir?. Preguntó Yeimy dirigiéndose a los muchachos.

- Creo que es mejor dejarlos solos, mamá Contestó Erick con pena.

- Si Yeimy, mejor nos vamos tienen cosas importantes que hacer. Declaró Irma con una sonrisa pícara.

Pues Yeimy sabia perfectamente a que se referían, seguramente escucharon ciertos sonidos extraños y no querían quedar ahí para averiguarlo. El hecho de que los hijos los habían pillado en alguna ocasión lo hacia todo mas vergonzoso y penoso.

- Bueno mi amores, pues cuídense en camino a casa. Dijo Yeimy con vergüenza.

Erick y Irma se despidieron y se fueron al coche para irse a su casa. Vanesa en cambio se quedó un rato mas para conversar con su padre.

- Pá, puedo hablar con vos un ratito?

- Claro amor, decíme.

- Pues quería agradecerte por todo lo que has hecho por mi, vos y Yeimy han sido un gran apoyo para mi. Y me alegra mucho de que por fin te haya aceptado y que dejaron ese odio que tenían a un lado.

- Princesa gracias por tus palabras, de verdad, me siento muy feliz. Otra cosita no tardes mucho por allá en Japón y ni se te ocurre traerme nietos soy muy joven. Remarcó Charly entre risas.

- Ay pa, no puedo con tus ocurrencias, te prometo no hacerte abuelito todavía. Replicó Vanesa.

- Pues espero que ahora ni nunca. Contestó Charly abrazando a su hija y dejando un beso sobre su frente.

Luego de esa charla entre padre e hija, Vane y Pite se despidieron para marcharse a casa.

Mientras tanto Yeimy se encontraba sentada sobre el borde de la piscina contemplando el sol que desaparecía poco a poco. Charly se acercó sentando a su lado.

- ¿Que haces aquí tan solo amor?

- Estaba pensando en todo lo que hemos construido, en todo lo que hemos pasado para llegar a este punto. Replicó Yeimy con ilusión.

- Tenés razón, pasamos por tantas cosas. Vos si me hiciste sufrir princesa, Charly Flow detrás de los huesos de una mujer rogando por amor.

- Mas bien andabas detrás de mi culo. Recalcó Yeimy con una sonrisa pícara.

Siempre seré tuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora