Siempre seré tuya

Amor en el aire.

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Charly-

Habíamos abordado el avión, después de pelearnos como niños, no me quedó otra opción que dejarla sentar al lado de la ventana. Siempre era yo quien se sentaba en la ventana para ver el paisaje o simplemente para tomarme una que otra foto para presumir en redes. Esta vez permití que ella también tuviera esa experiencia. Nos acomodamos en nuestros respectivos asientos. Por un momento noté como su vista se perdía, como si viajó en el tiempo recordando cuando viajamos a Nueva York de adolescentes. No quería remover el pasado preguntándole algo que después de mucho logró superar. Juré que íbamos a pasar una chimba en este viaje y eso iba hacer.

Buenas tardes señores pasajeros, anunció la auxiliar de vuelo, dando a atender que comenzaron a preparar para el despegue del avión. Bienvenidos a bordo, les damos las gracias por elegir este vuelo de la compañía con destino a Tulum, Quintana Roo, México continuó. La duración estimada del vuelo será de 3 hora y 25 minutos. Les recordamos que los teléfonos móviles deberán permanecer desconectados desde el cierre de puertas y hasta su apertura en el aeropuerto de destino. Seguidamente se pasó al demo de seguridad dando una demostración sobre el uso del cinturón de la seguridad, chaleco salvavidas, mascaras de oxigeno y localización de las salidas de emergencia.

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Tras unas horas sentado en la misma posición aproveché para irme al baño, ya me dolían las nalgas de estar tanto tiempo sentado. Seguramente se volvieron mas planos. Entre jugos, agua y el licor que repartieron necesitaba vaciar una parte de mi anatomía que estaba lleno. Como pude me levanté de mi asiento con dirección al baño con lo apurado que estaba no me reparé en la sombra que estaba detrás mío. Cuando abrí la puerta Yeimy me empujó hacia adentro, casi terminé en el suelo por la brusquedad de no ser por el inodoro que terminé sentado sobre este. Me detuve unos segundos para observar a la fiera que tenia en frente de mi, la actitud tan efusiva de Yeimy me dejó un poco descolocado y eso que la que la descolaba era yo. Últimamente era ella la que comenzaba el encuentro sexual entre los dos, no es que me quejaba ni mucho menos. Verla así tan excitada y ellos ojos llenos de lujuria me provocaba hacerle de todo.

- Sorprendido papi? Preguntó sacándome de mi estado de asombro.

Yeimy-

Estar de nuevo en un avión con Charly si me hice recordar un poco de hace años atrás donde mi vida se cambió por completo. Era inevitable no pensar en lo que pasó hace tiempo, aunque eso ya no me controlaba, ya no. Era increíble en todo lo que hemos pasado, hasta podría decir que gracias a lo que ocurrió logramos llegar hasta donde estamos. Charly me conocía tan bien que optó por no remover el pasado, aunque ya eso no nos afectaba. Tenia tanto por agradecerle. El crecimiento que ambos tuvimos sobre el perdón era mágico. Como ambos dejamos a un lado tanto rencor y odio para construir cada día un base no solo de amor, sino de confianza y respeto mutuo. Cuando el caminó hacia el baño me levanté también de mi asiento asegurándome de que no me viera encontrando la excusa perfecta para que los dos estuviéramos solos un ratico, sin tanta gente alrededor. Últimamente mi sex drive estaba muy alto, como si mis hormonas se alimentaban solamente del sexo, parecía una quinceañera con las hormonas alborotadas. En el momento en que abrió la puerta lo empujé haciéndolo sentar sobre el inodoro. Me quedó viendo estupefacto, sin mover un solo musculo como si le sorprendiera mi actitud, bueno quien le manda ser tan bello. Mi voz lo sacó de transe.

Me senté ahorcajadas sobre sus piernas, no sin antes asegurarme que la puerta estaba con seguro. No querría que nos pillaran. Dejé un beso en su cuello sintiéndolo estremecer, me quedé allí un poco mas de lo normal embriagándome de su olor, ese olor tan varonil, tan el. Su perfume mesclado con el aroma natural de su piel emitió escalofríos por todo mi cuerpo, especialmente en mi zona baja empapándome. Agarré sus mejillas entre mis manos depositando un beso suave y dulce sobre sus labios, a pesar de lo apurada y necesitada que estaba. La verdad me quedé con ganas desde la ultima noche en que le di placer. Me correspondió al beso agarrando mi trasero entre sus manos, emití un gemido bajo. Poco a poco el beso se cogía intensidad, pronto nuestras lenguas se encontraban en un lucha de guerra, como que se debatían por cual era el mas fuerte.