17 | Acertijo y verdades

355 22 3
                                    

17 | ACERTIJO Y VERDADES

Al final, Ron terminó controlando nuestras piezas. Nosotros solo nos subimos a ellas. Harry era un alfil, Hermione una torre, yo un peón y Ron un caballo. Trepé a mi pieza abrazándola.

—Las blancas siempre juegan primero en el ajedrez —dijo Ron, mirando al otro lado del tablero—. Sí… miren.

Un peón blanco se movió hacia delante. Ron comenzó a dirigir a las piezas negras. Se movían silenciosamente cuando los mandaba. Me temblaban las piernas, en parte por miedo a lo que ocurriría si perdíamos, y en parte porque se sentía súper extraño cuando la pieza se movía conmigo a cuestas.

—Harry… muévete en diagonal, cuatro casillas a la derecha.

La primera verdadera impresión llegó cuando el otro caballo fue capturado. La reina blanca lo golpeó contra el tablero y lo arrastró hacia fuera, donde se quedó inmóvil, bocabajo. Sentí dolor por nuestro caballo.

—Tuve que dejar que sucediera —explicó Ron, conmovido—. Te deja libre para atrapar ese alfil. Vamos, Hermione.

Cada vez que uno de nuestros hombres perdía, las piezas blancas no mostraban compasión. Muy pronto, hubo un grupo de piezas negras desplomadas a lo largo de la pared.

—¡Danielle, avanza en diagonal una casilla!

Mi peón se deslizó por el suelo y juntos derribamos un alfil blanco. Grité victoriosa.

Dos veces, Ron se dio cuenta justo a tiempo para salvar a Harry y Hermione del peligro. Él mismo jugó por todo el tablero, atrapando casi tantas piezas blancas como las negras que habíamos perdido.

—Ya casi estamos —murmuró de pronto—. Déjenme pensar… déjenme pensar. —La reina blanca volvió su cara sin rostro hacia Ron—. Sí… Es la única forma… tengo que dejar que me atrapen.

—¡NO! —gritamos todos a la vez.

—¡Esa reina no tiene misericordia, Ron! ¡Te despedazará! ¡Se bañará con tu sangre!

—¡Esto es ajedrez, Danielle! —replicó Ron—. ¡Hay que hacer algunos sacrificios! No me matará. Yo haré mi movimiento y ella me atrapará… Eso te dejará libre para hacer jaque mate al rey, Harry.

—Pero…

—¿Quieren detener a Snape o no?

—Ron…

—¡Si no se dan prisa va a conseguir la Piedra!

No había nada que hacer.

—¿Listos? —preguntó Ron, con el rostro pálido pero decidido—. Allá voy, y no se queden una vez que hayan ganado. Estaré bien.

Se movió hacia delante y la reina blanca saltó. Golpeó a Ron con fuerza en la cabeza con su brazo de piedra y el chico se derrumbó de su caballo, cayendo en el suelo. Hermione gritó, pero se quedó en su casillero. Me aferré a mi peón cerrando los ojos. La reina blanca y cruel arrastró a Ron a un lado como un saco de patatas. Parecía desmayado.

Un tanto atolondrado, Harry se movió tres casillas a la izquierda. El rey blanco se quitó la corona y la arrojó a los pies de Harry. Habíamos ganado. Las piezas saludaron y se fueron, dejando libre la puerta. Con una última mirada de desesperación hacia Ron, corrimos hacia la salida y subimos por el siguiente pasadizo.

—¿Y si él está…?

—Él estará bien, Hermione —dijo Harry, sonando como si quisiera convencerse a sí mismo—. ¿Qué creen que nos queda?

Mellizos Potter y la Piedra Filosofal | HP [01]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora