"We are the Parker's" Magcon.

Capítulo 37.

Ambos se voltearon sorprendidos, pero Jack rápidamente bajó la cabeza.

-Yo... los dejaré para que hablen. -asentí hacia Johnson. Él miró a Jack por un milisegundo, y luego se acercó a mi.

-Yo me encargo de Madison. -susurró en mi oído, y salió del lugar.

-Val... uhm... -rascó su nuca.

-¿Por que lo hiciste? -mordí el interior de mi mejilla.

-¡No se porque lo hice! -gritó abriendo sus brazos. Las lágrimas empezaron a salir por sus ojos. Y mi alma se rompía por solo verlo. - ¿okey? ¡Yo te amo, y no tengo ni puta idea de porque lo hice!

-Si tanto me amas, ¿por que... por que dejaste que ella... -señalé a la puerta. - dejara que nos separara? ¿Ah?

-No debí hacerlo, y lo sé... maldita sea. -gruñó. - te amo, y no dejaría que nada ni nadie te dañara.

-Pero tú lo hiciste. -le interrumpí.

-Si ella tan solo...

-No hubiera aparecido, nada de esto hubiera pasado. -espeté.

Se acercó a mi, mirandome directamente a los ojos.

-Por favor... -negué, dejando caer las lágrimas que había estado reteniendo.

-No, Jack... -murmuré.

-Tan solo dame una oportunidad... por favor. -levantó mi cabeza, tomando mi mentón suavemente.

-¿Como sabré que... nada pasará? -pregunté.

-Porque nada pasará, te lo prometo. -cerré los ojos fuertemente, y los abrí de nuevo.

-Una oportunidad, solo una. -sonrió a más no poder, y tomó mi rostro besando mis labios una y otra vez.

-----------

-Así que volvieron... -asentí levemente. - ¿puedo golpearlo?

-No, Mike, no puedes. -reí.

Él bufó cruzandose de brazos.

-¿Saben cuando volverán papá y Cole? -él ladeo la cabeza.

-En dos días, supuestamente.

-Oh, vale. -sonreí de lado.

-¿¡Donde está!? -oh, aquí vamos...

Me levanté, y puse mis manos en mi cadera, esperando la regañiza por parte de Dylan.

-¿¡Volviste con...

-Si, ya deja de gritar Dylan, volví con Jack. -le interrumpí.

-¿¡Pero por q...

-Porque decidí darle otra oportunidad. -respondí.

-¿Pued...

-No, no puedes golpearlo. -entrecerré los ojos.

-¡Pero déjame term...

-No te voy  dejar terminar las oraciones. -reí, ante su expresión.

-Me caes mal. -se cruzó de brazos como niño pequeño.

-También te amo, hermanito. -sonreí.

-Uy si, y yo soy el mayor. -rodó los ojos.

-Ya vas a cumplir 23, oh por dios. -me burlé. Él entrecerró los ojos hacia mi.

-Pero sigo siendo jodidamente sexy. -chasqueó los dedos como diva.

-Va, pero eso se vió bien marica. -carcajeé.

-Muérete pues. -bufó.

-Al menos conseguiste lugar para vivir, no puedo creerlo. -sonreí.

-¡Oye! ¡Yo también! -protestó Mike, haciendo un puchero.

Si, ambos ya casi cumplían 23 y 22, y ya habían conseguido sus propios apartamentos por fin. Me siento orgullosa de estos primates.

-Oigan... ¿que tal si vamos por unos helados? -sonreí maliciosamente.

Ambos corrieron fuera de la casa.

-¡Yo conduzco! -gritó Mike.

Reí, mientras negaba divertida.

Los extrañaré cuando se muden.

--------

HOLA Y CHAO PORQUE EN MI CASA NI EN MI CIUDAD HAY LUZ, MAS LINDIS.

LA DIVAZA SE VA, PPPPAAAAZZZZ.