Pero el destino siempre encuentra la manera de unir los caminos que están destinados a estar juntos.
Han pasado un par de semanas, y me encuentro manejando a la librería a comprarle un regalo a Barbie, un libro de esas recopilaciones de ensayos liberales que tanto le gustan, quizá compraré dos copias para que las leamos al mismo tiempo y las discutamos al terminar cada capítulo. Quizá lo que necesitamos más bien es encontrar nuevas actividades, una nueva rutina, volver a esos detalles que llevamos varios meses perdiendo. Quizá si lo digo las suficientes veces, me convenza también.
Mi librería favorita está en el centro de la ciudad, es un edificio histórico construido alrededor de una higuera de setenta años, tiene una cafetería en el primer piso y cada semana tienen un evento, una firma de autógrafos o un círculo de poesía, un curso. Venden buena cerveza y no piden identificación, pero el café es tan bueno que ni siquiera se me ocurre pedir otra cosa. Ahí es donde he comprado todos los libros que adornan mi librero, libros que leeré algún otro día, en algún otro momento.
El barista se llama René y ya me conoce, nos saludamos tan pronto entro por la puerta de vidrio, me pregunta cómo van las cosas y yo le respondo que bien, dice que me preparará lo de siempre, que en cuanto esté listo baje a tomarlo, le agradezco y le indico que es para llevar en esta ocasión.
A Barbie no le gusta mucho este lugar, ella va a una librería muy moderna en un centro comercial y bebe té ahí mismo, es el local rival, nosotros somos Romeo y Julieta.
La sección de literatura política está en el segundo piso en un estante pequeño junto a libros de economía y guías de ética. La escalera de la librería también me gusta mucho porque pasa junto a la higuera y si es temporada, los dueños nos permiten tomar del fruto. Un manjar.
Generalmente no hay nadie en el segundo piso porque ahí no hay café ni bestsellers, aunque según Mike, es ahí en donde se encuentran los mejores títulos; a mí sí me gustan los bestellers. Subiendo el último escalón a la derecha están los estantes antes mencionados, junto con una pila de libros que nadie comprará de un autor independiente que hará una presentación la semana siguiente.
Con el celular en la mano busco en uno de los blogs que visita Barbie los mejores títulos del tema, entre ellos filtro los que no le he comprado aún y los que sé que no tiene, quedan pocas opciones, es increíble la cantidad de páginas que esa chica puede leer en un día.
—Hey —me saluda una voz varios estantes atrás.
Volteo, conozco esa voz. Entre portadas bien ilustradas y otras que no tienen el mínimo esfuerzo Luz sonríe a medias mientras busca un libro entre los títulos de la sección de poesía, bajo el apartado de la letra "s".
—Hey.
Lucía baja la mirada, sacando un pequeño libro color arena con un dibujo minimalista de portada, colección clásica. Pone los otros títulos que sacó de vuelta en el estante y camina alrededor para saludarme.
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Cielo por tu Luz
Teen FictionTodos tenemos tres amores en la vida... Cuatro años después de desvanecerse sin dejar rastro, Lucía Hernández regresa como si nada a Santa Elena, poniendo de cabeza todo a su paso, especialmente el mundo de Alex, su ex-novio, a quien dejó con mentir...