Cortamos toda comunicación hasta ese día en que Mike me convence de ir a la fiesta de Frank: me dice que Barbie irá también y no confío en los otros invitados. La casa de Frank me recuerda a la de Barbie: una vulgar muestra de clase. Pinturas originales tapizan las paredes y patrones Versace los cojines de su sala, muy acorde a la naturaleza del trabajo de su padre político. Los actores de esta singular obra al igual que yo contrastan con el set, ninguno de nosotros además de Frank y Barbie pertenecemos a este mundo, se bebe cerveza en flautas para champaña, se bebe Four Loko en vasos de whiskey.
Barbie no bebe nada que no sea Pinot Noir, nunca bebe fuera de su casa y jamás se sirve más de dos copas porque, en sus palabras «es demasiado buena para eso». Si no la conociera, diría que está mintiendo, pero la conozco y río un poco al verla sostener su copa de champán que trae a todos lados en su pequeña bolsa rosa Chloé. «¿Qué?» Pregunta retadora y ríe también, está consciente de lo graciosa que luce, pero no está dispuesta a beber si no es en sus términos. Su manera de sonreír me hace pensar que ya por la tercera copa, eso y que nuestra dinámica se siente más bien relajada.
Frank nos recibe en la puerta, ya un poco ebrio me abraza junto con Mike, nos sentamos en su sala, tratando de hablar por sobre de la música estridente. Suena una canción de Taio Cruz, alguien debería decirle que no estamos en el 2010. Nos pregunta que si le trajimos un regalo.
—¿Es tu cumpleaños? —Pregunta Mike.
—Sí, ¿por qué más haría una fiesta? —Pregunta.
—No, no te trajimos un regalo. ¡Feliz cumpleaños!
—Está bien, nadie lo hizo —voltea hacia la puerta, una chica entra con una pequeña cajita bien envuelta—, excepto...
Frank nos deja y va a recibir a Luz, que luce bastante contenta. Frank la abraza, se dan un pequeño beso. Me nota, pero quita la mirada, su sonrisa se hace un poco más forzada, Frank le dice que se siente con nosotros, pero ella prefiere ir a su terraza. Mike me da un pequeño golpecito en el brazo, haciéndome notar que Barbie se ha dado cuenta de que me les he quedado viendo. B
Barbie pone los ojos en blanco y bebe un poco más, agita la cabeza, mira hacia otro lado, hacia donde unos chicos la miran, les sonríe para hervirme la sangre. Más allá de ella está la terraza, Luz está bebiendo sola entre las amistades de Frank que no me dan para nada buena espina.
—¿No es ese chico al que arrestaron por intento de homicidio hace como un mes? —Pregunta Jessica apuntando a un chico con la cabeza rapada, una chamarra de cuero y un par de tatuajes cargados en el cuello.
—No —responde Mike—, pero ese sí es.
Le apunta a un chico que se parece mucho, pero sin tatuajes y portando jeans y un saco Armani. Jessica se pone pálida.
—Está bien —dice Mike—, ya lo dejaron libre.
—¿Y eso debería tranquilizarme?
Mike encoge los hombros, le dice que todo estará bien, que son amigos. Todos aquí. Jessica le pregunta que de dónde se conocen, Mike le dice que del trabajo, Barbie lo mira molesta. No es posible que le esté ocultado la verdad de lo que hace. Barbie la conforta, diciéndole que Mike está bromeando, que el chico solamente se parece. Pierdo a Luz, no que importe.
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Cielo por tu Luz
Teen FictionTodos tenemos tres amores en la vida... Cuatro años después de desvanecerse sin dejar rastro, Lucía Hernández regresa como si nada a Santa Elena, poniendo de cabeza todo a su paso, especialmente el mundo de Alex, su ex-novio, a quien dejó con mentir...