Después del asalto, tuve que recurrir a Luz y pedirle de favor que me pidiera un taxi a mi casa, a lo que no accedió y en su lugar se ofreció a llevarme a mi casa, no sin antes darme una bolsa de verduras congeladas para que me la pusiera en la cara. Ninguno de los dos notó que la bolsa venía abierta y me eché brócoli encima. Claro que Luz no tiene licencia y más bien Gabriel nos condujo hasta allá. Recuerdo que mencionó algo acerca de cómo solíamos vivir tan cerca, y que ahora estábamos del otro lado de la ciudad y que le respondí algo acerca de que al menos no estamos en países distintos.
Ya en la mañana Mike dice que encontraremos mi auto eventualmente, que por lo general no se los quedan por mucho tiempo, que la mayoría de las veces los venden por partes y que él conoce a todos los desguaces de la ciudad. Que es cuestión de tiempo pero que por ahora no es momento de pensar en eso, que hay algo más importante que hacer. Me pregunta si quiero algo de hierba para el dolor, le respondo que estoy bien.
Barbie le pregunta que qué está tramando, él le responde que no le puede decir, que no confía en ella para esto.
—Es acerca de Jessica, ¿no? —Pregunta.
—Alex, súbete al auto —ordena Mike
Lo obedezco riéndome. Barbie me dice que no lo haga, que tengo que poner atención y salvar mis calificaciones, pero le digo que valdrá la pena y que solo será una clase o dos.
—¡Sí, claro! —se burla Mike.
—Me dijiste que...
—Sé lo que dije —Mike me interrumpe.
Prende el auto y acelera, Barbie agita la cabeza desde el retrovisor, la miro diciéndole que no es mi culpa. Lo entiende. Me dice con los labios que me cuide. Pasamos de lado el auto de Gabriel mientras trae a Lucía, nos saludamos con la mirada y volteamos hacia otro lado.
—¿Y eso? —Pregunta Mike.
—No, nada.
Me mira con una ceja levantada, le grito que voltee hacia el camino, evadimos una motocicleta que casi se lleva. Conducimos hasta el centro de la ciudad a una tienda de manualidades y le pregunto qué tiene en mente específicamente.
—Jessica es muy romántica, le gustan las cosas cursis, como de película. Y el otro día estábamos viendo una serie y sus ojos, hombre, brillaron con una escena en la que el protagonista le pidió a la chica que le gusta con unos globos de esos de papel chinos.
—¿Los que uno prende con fuego?
—Esos mismos.
Me dice que quiere llevarla al parque que está por las afueras de la ciudad, en donde hay una colina desde donde se ve lindo el atardecer, ahí por cuando la tarde se pinta de rosas y naranjas. Dice que trae en la cajuela una champaña cara que le recomendó uno de sus "colaboradores" del trabajo y que quiere hacer un picnic para ella.
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Cielo por tu Luz
Ficção AdolescenteTodos tenemos tres amores en la vida... Cuatro años después de desvanecerse sin dejar rastro, Lucía Hernández regresa como si nada a Santa Elena, poniendo de cabeza todo a su paso, especialmente el mundo de Alex, su ex-novio, a quien dejó con mentir...