Me pincho el brazo para despertarme de esta pesadilla, a mi lado tras la ventana pasa la ciudad en un parpadeo, las calles vacías, el cielo nublado, el sonido de los transeuntes y de las bocinas de los automóviles se ahoga entre la velocidad del momento. Mike acelera sin decir nada, me ha preguntado mil veces lo mismo pero no puedo ni siquiera completar una oración. Tartamudeo su nombre y trato de recolectar mis ideas, mis recuerdos de esa noche. No tiene sentido lo que está pasando, Luz estaba ahí conmigo.
Mike estaciona su auto enfrente de su casa y me obliga a levantarme y entrar, detrás de nosotros llegan Frank y Barbie. Al entrar, lo primero que hace Frank es lanzarse contra mí y tomarme de la playera molesto, quiero defenderme o detenerlo pero me quedo congelado, aún sin procesar lo que está sucediendo.
—¿Dónde está Lucía, Alex? —Pregunta.
—Hey, suéltalo —Mike levanta la voz, jalándolo y alejándolo de mí.
—¡Cálmate, mierda, Frank! —grita Barbie.
Apenas puedo abrir la boca lo único que hago es preguntarle a Mike qué está haciendo Barbie aquí, ella lo mira con la misma duda, hay un silencio.
—¿Cómo? —Pregunta. —Pensé que te daría soporte moral.
—Acabamos de romper —interrumpo.
—Oh, lo siento —responde Mike
Más silencio, Barbie sacude la cabeza. Frank se disculpa y se sienta en uno de los sillones con la mirada agachada. Cierra los puños, golpea el descansabrazos, suspira. Un zumbido suena dentro de mis oídos y cuando cesa logro estructurar mis palabras.
—Alex, ¿sabes algo de esto? —Pregunta Mike.
—No.
—¿A dónde fueron después de la fiesta?
—La llevé a su casa —respondo.
—¿Inmediatamente después de irse? —Pregunta Mike.
Barbie y yo encontramos miradas, momento seguido ella voltea hacia su celular y niega con la cabeza, no hay necesidad de que esté aquí, podría irse pero decide no hacerlo. No tiene por qué escuchar estas palabras.
—Tú y yo no somos nada, no te preocupes —dice—, dile la verdad.
—¿Alex? —Pregunta Mike.
—Luz me dijo que quería irse lejos...
—¿Lejos? ¿Irse lejos? ¿Esas fueron sus palabras exactas?—Pregunta Frank.
—Sí, eso es lo que dijo, así que la llevé a la playa para que se tranquilizara un poco, ahí estuvimos como una hora o dos. Después la llevé a su casa.
—¿Y la viste entrar? —Pregunta Frank.
—No.
—¿Qué importa si esas fueron sus palabras exactas? —Pregunta Mike.
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Cielo por tu Luz
Teen FictionTodos tenemos tres amores en la vida... Cuatro años después de desvanecerse sin dejar rastro, Lucía Hernández regresa como si nada a Santa Elena, poniendo de cabeza todo a su paso, especialmente el mundo de Alex, su ex-novio, a quien dejó con mentir...