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NARRA ARIANNA

-Amor- me mueve Spencer un poco y me despierto de golpe.

-¿Te encuentras bien?- pregunto y él asiente.

-Se me a terminando la botella de agua y creeme que no te despertaría sino fuera por qué fuera importante- me pasa la botella y asiento.

-Tranquilo cariño, para eso estoy- digo levantándome, voy a la planta de abajo, lleno la botella y siento que hay alguien atrás.

-¿Tienes leche caliente?- pregunta Meg y yo asiento.

-¿No puedes dormir?- pregunto y niega- ¿Pesadilla?

-Kate se iba de mi lado- dice nerviosa y yo la abrazó.

-Como son las- miro mi reloj- ocho menos cuarto, subo esto a Spencer y nos hago un chocolate caliente a las dos.

-Vale- dice sonriendo y yo asiento- ¿te espero en el sofá?

-O aquí, me da igual- digo sonriendo,  subo a mi cuarto, le doy la botella a Spencer y me da un pico- tengo que bajar, Meg a tenido una pesadilla y nos vamos a hacer un chocolate caliente.

-Me apunto- dice sonriendo y yo niego.

-Es pronto, quédate en la cama- digo sonriendo y él asiente- y si puedes, esta tarde tenemos un rato de diversión.

-Me encantaría- dice sonriendo y yo asiento.

-¿Luego llamas al ginecólogo?- pregunta y asiento.

-Luego, sobre las once, la llamo- le doy un beso en la frente y asiente.

Bajo, nos ponemos a calentar el chocolate en dos vasos y saco churros congelados.

-No se si te apetecen, pero a mí sí- digo sonriendo y ella asiente- pues dos raciones marchando.

Pongo cuatro churros en la tostadora, saco los vasos del microondas y Meg los lleva a la mesa. Cuando salgan los curros, los pongo en un plato y voy con Meg.

-¿Te da miedo quedarte sin Spencer?- pregunta un poco tímida y yo asiento- ¿vas a ser madre?

-Eso quiero- digo sonriendo y ella asiente- ¿y tú?

-Di, pero dentro de mucho, mucho, mucho tiempo- dice sonriendo y yo asiento.

-¿Cuántos años tienes?

-Veinticinco- digo sonriendo y ella asiente- ¿y tú?

-Trece, en verano hago catorce.

-Buena edad para la rebeldía, pero no preocupes a Kate- digo mojando un churro en el chocolate y la miro- hablaras ya con chicos guapos.

-La verdad es que si, uno, va a mi clase- dice sonriendo y yo asiento.

-Hey, pero los ligues cuando estés en la universidad- la guiño un ojo y se ríe.

-Te hare caso Ari- termina de desayunar y lleva los cacharros a la cocina.

-Tn, amor- oigo a Spencer gritar, subo corriendo y le veo sangrando la herida del abdomen.

-¿Que has echo?- pregunto cogiendo hilo y aguja, le quitó la venda y lo tiene bien.

-Perdona, tenía que asustarte- dice sonriendo y yo me siento en el suelo- solo era una broma.

-Lo se, pero no siento el corazón- digo cogiendo mi inhalador y el se tira a mi lado.

-Vale, me he pasado- dice preocupado, me doy un chute y me abraza.

-Necesito aire Spencer- digo sonriendo y él asiente.

-Si, claro, lo siento- se separa de mi, pongo la cabeza entre mis piernas y me empiezo a reír- ¿estás bien Ari?- pregunta preocupado, le miro y asiento- que mala eres amor. 

-Anda quien habla- digo riéndome y se une a reírse. 

-Vale, empatados, ¿pero de verdad te has dado un chute?- pregunta y asiento- estas loca amor. 

-Oye, tenía que parecer real- digo sonriendo y él asiente- ¿estas bien tu?

-Si, todos los puntos en su sitio y el pie me duele menos- dice sonriendo y sonrío- lo pie es una torcedura, solo que Savannah me a puesto escayola por si va a más, en unos días me lo quita. 

-Guay, ahora baja a desayunar, despierto a los chicos y llamo a mi ginecólogo para la cita- le doy un beso en la frente, le ayudo a levantarse y le paso las muletas.

-Dime por cualquier cosa- dice sonriendo y yo asiento.

Le ayudo a bajar, se sienta en la silla de ruedas y se va a preparar su desayuno, subo a despertar a los chicos, bajan y llamo al médico. 

... 

-¿Os a gustado la comida?- pregunta Spencer y los dos asienten. 

-¿Podemos ir a jugar a la habitación?- pregunta Henry y yo asiento. 

Se van corriendo, me levanto, voy recogiendo los platos, pero Spencer me coge de la muñeca. 

-Estás callada desde que has llamado, ¿qué pasa?- pregunta preocupado y yo le miro. 

-Tengo pasado mañana la prueba, pero luego de llamar a mi médico, Jer me a enviado un mensaje diciendo que no puede tener hijos. 

Me suelta, voy a la cocina, dejo los plato y vuelvo con Spencer. 

-Amor, da igual si no lo eres- dice preocupado y yo asiento- si queremos un bebe, hay más formas de tenerlo. 

-Lo se cariño, pero es algo que me supera- digo derrotada, me siento en el suelo y él se pone a mi lado- que la madre que nunca conocí, llame después de veinticinco años y diga que mi padre, el que me dio a la mujer que me cuidó, no pueda tener hijos, ni Rose lo sabía. 

-Amor, son rachas malas- dice quitándome una lágrima rebelde, le miro y sonríe- no me voy a separar de ti nunca. 

-Ni yo de ti- me abraza con un brazo y me levanto- ve al sofá, recojo esto y voy contigo- digo y él asiente. 

-¿Y tu hermano viene hoy?- pregunta extrañado y asiento. 

-Se muda aquí, esta buscando casa y trabajo- digo cogiendo los vasos y asiente. 

Termino de recoger la mesa, la cocina, me siento en el sofá y Spencer me pone la cabeza en su hombro. 

-Descansa amor, si pasa algo con los niños te despierto- dice sonriendo y asiento cerrando los ojos. 

La novia de Spencer Reed. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora