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NARRA ARIANNA

Llego a casa con mi hermano, me mira serio y yo me voy a mi cuarto sin decir ni una palabra, no quieren que me levante de mi cama, solo para ir al baño.

Me tumbo, me pongo la tele y cambio canales hasta encontrar algo que me guste, la película de Vaiana en Disney.

Entra Spencer a mi cuarto con una botella de agua y la pastilla.

-Se que te puedes enfadar, pero quiero que empieces ya con las pastillas- dice nervioso y le cojo las cosas sin rechistar.

Se va a ir, pero le miro y sonrió al recordar la primera vez que estuve mala y él me venía a ver un rato por las tardes, cuando se iba me dejaba triste.

-Spencer- digo con algo de ilusión y él se da la vuelta- ¿te quedas conmigo un ratito más?- sonríe y cierra la puerta.

-Me quedo hasta que venga alguna de las chicas- dice sonriendo y yo asiento.

Se sienta a mí lado, pone la espalda en la pared y estira las piernas.

-Recuerdo cuando estudiabamos- digo con una sonrisa y él me mira- cuando me puse mala gracias a Donatello, la primera vez que me puse mala en la residencia.

-Iba a verte un rato todas las tardes, la verdad es que me preocupe mucho, te fui a ver al desayuno y no estabas, tampoco en la comida, hasta que encontre a tu compañera de cuarto y me dijo que habías cogido un costipado fuerte.

-Si, Rebecca, la pobre se asustó mucho cuando di casi cuarenta y cinco de fiebre.

-No me digas nada, estaba blanca- dice sonriendo y yo asiento- esa noche, dijiste algo que me impacto.

NARRA SPENCER (CON 20 AÑOS)

Entro a la biblioteca, veo a la compañera de Ari y voy a ella.

-Hola, Spencer ¿no?- pregunta con duda y yo asiento- Ari está mala, se a despertado con mucha fiebre, Jane a dicho que la dejemos descansar y venga a por sus deberes.

-¿La puedo ir a visitarla?- pregunto y asiente.

-Deberias hacerlo, no deja de gritar tu nombre en sueños.

Subo corriendo a su cuarto, llamo a la puerta y sale una de sus amigas.

-Oh, hola Spencer, Ari se acaba de dormir encima de unos libros, iba a llamar a alguno de los chicos para que me ayudasen a levantarla y quitárselos

-Si me ayudas podemos los dos- digo sonriendo y ella asiente dejándome pasar.

Dejo la mochila en la entradita, sigo a la chica y la veo dormida en la cama con muchos libros.

-No quiere dejar pasar el día, pero lo veo una tontería, no baja del diez- dice preocupada y yo empiezo a quitarla los libros

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-No quiere dejar pasar el día, pero lo veo una tontería, no baja del diez- dice preocupada y yo empiezo a quitarla los libros.

-Es una chica especial, ni yo la entiendo- digo serio y terminamos de cogerla los libros.

-Te dejo con ella un rato, estoy en la cafetería por si pasa algo.

Asiento, se va y me siento a lado de Ari arropandola.

-Spencer- empieza a abrir los ojos y yo sonrió un poco- tengo frío.

-Lo se, tranquila- cojo la colcha del suelo y la arropo.

-No me dejes sola- dice mirandome y asiento.

-Hasta que llegue Rebecca o unas de tus amigas- digo sonriendo y ella asiente tiritando.

-Te amo Spencer- dice sonriendo, voy a contestar, pero se termina durmiendo.

NARRA SPENCER (ACTUAL)

-Que me amabas- digo sonriendo y ella asiente.

-Me acuerdo, aún que tuviera fiebre, me acuerdo de cosas- dice sonriendo y yo asiento- sigo sin saber cómo te fijaste en mi.

-Porque me complementas, estuviste conmigo en momentos delicados y te empecé a coger mucho cariño, hasta que me di cuenta hace cinco años que te era más que cariño a una amiga- digo sonriendo y caigo en lo que hice ayer- lo de ayer, lo siento, no debí besarla, de echo, no debí desconfiar en ti, pero estando mi madre como estaba y el cansancio que tenía, lo siento mucho- digo con lágrimas en los ojos y ella me mira.

-Lo de ayer vamos a déjarlo de a lado, como si no hubiera pasado- sonríe y yo asiento- solo necesito tiempo, para saber si confías o no en mi.

-Claro que lo hago y entiendo lo del tiempo, tengo unos días libres, hasta el domingo para estar cuidandote- la quito un pelo rebelde de la frente y se lo dejo en detrás de la oreja- pero si, solo si, me dejas, puedo venir y relevar a tu hermano para que esté también con tu madre.

-Tienes tu litera lista para cuando vengas- dice sonriendo y yo asiento- y tus llaves están en el armario de la entradita.

-Genial- digo ilusionado y ella abosteza- venga, duermete, descansa, no me muevo.

Se acurruca en mi pecho, la empiezo a tocar el pelo y se relaja hasta que se duerme.

-Te amo Ari- la doy un beso en la frente, abre su hermano, le hago una señal de que no haga ruido, solo asiente y sale.

La novia de Spencer Reed. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora