Capítulo VII

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"Me enamoré de su personalidad y de su alma; y todo es diferente cuando te enamoras de esa forma." (Anónimo). Enamorarse por primera vez, suele ser la experiencia más fuerte, más dolorosa y, la que deja mayor cicatriz en el corazón cuando no terminaba bien. No entendía, ella no lo entendía cuando escuchaba hablar a las personas sobre el amor, ¿qué era? Se preguntaba con frecuencia, ¿cómo podría saber si estaba enamorada? Era otra de las preguntas, no lo había sentido jamás con algún ser humano, veía a sus, padres, amigos pasar tomados de la mano, besarse, o abrazarse en los días fríos, soleados y húmedos, con sus parejas, ¿qué pasaba con ella? Pensaba que tal vez estaba destinada a no enamorarse; hasta que la respuesta a sus preguntas empezó a llegar, en el tiempo justo, en el tiempo que jamás imaginó sucedió. Estaba empezando a enamorarse y de la persona que ni en sus sueños imaginó, se estaba enamorando de su alma más que de su hermoso rostro, se estaba enamorando de su inteligencia, se estaba enamorando de todo aquello que no pensó descubrir jamás en alguien, se estaba enamorando de una mujer; no cualquier mujer, su mejor amiga, Lena Kieran Walsh.

¿Ventajas? Sí, se conocían como la palma de sus manos, ¿desventajas? Sí, las hay, unas dolorosas, empezando por no ser correspondida, perder su amistad y, otras más que mejor no se enumeran. Kara empezó a darse cuenta, o bien, sus mejores amigos la hicieron darse cuenta en los primeros cuatro meses, no podía apartarla de sus pensamientos, como si no pensar en ella fuera un pecado, hablaba siempre de lo bien que se la pasaban juntas. Notaba como se sentía ansiosa por verla, se arreglaba más de lo normal y ponía cualquier excusa para hacerlo. Después notó como se le generaba cierta molestia en su pecho y su estado anímico se veía alterado cuando algunos hombres le coqueteaban a Lena, entre otras palabras, celos. Ningún tipo de celos es bueno, muestra las inseguridades y poca confianza en si mismo, eso lo sabía, pero, ¿cómo podía controlarlos si a penas descubría ese sentimiento?

Intentaba mantener un poco de distancia entre ellas, ponía como un escape seguro su trabajo. En un principio parecía funcionar, después comenzó a recibir sus visitas, no podía molestarse, admitía que le encantaba, normalmente de ahí se iban a comer y, por último, siempre terminaba dejándola a su casa, no le gustaba que anduviera sola.

— Entonces — escuchó Kara como su compañera le susurró muy cerca de su oído — ¿Te gustaría cenar hoy?

— Imra, yo no.

— ¡Jovencita no corra dentro de las instalaciones! — escucharon como un guarda de seguridad corría.

— ¿Lena? — se preguntó así misma con extrañeza a penas reconoció su cabellera.

— Lo que me faltaba — escuchó a su compañera mumurar y la rubia comenzó a caminar rápido para encontrarse con su mejor amiga — ¿Y, la cena?

— ¡Nunca dije que sí, Imra! — vociferó molesta y se topó de frente con la ojiverde — Hey, Lena — sostuvo sus hombros evitando que se cayera.

— Señorita Danvers, entró corriendo, debo notificarlo con mi jefe — se inclinó sobre sus rodillas para recuperar el aire.

— Ya le dije que tenía miedo, por eso lo hice. Me ha visto entrar aquí muchas veces y, ninguna de esas veces hice disturbios — lo miró Lena con reproche.

— No le digas nada al jefe, yo me encargo de hablar con él, ¿sí? — la rubia le colocó una mano en el hombro — Aquí debe haber una explicación lógica, además, no hay nadie.

— De acuerdo, solo espero que no vuelva a suceder — se yergue por completo comenzando a irse — Vaya chica, corre más rápido que yo — se fue murmurando.

— ¿Qué sucedió, Lee? — perdieron de lo vista. Lena se giró hacia ella con un gesto confundido.

— No lo sé, venía hacia acá, pero choqué con un hombre en el Parque McArthur.

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