Capítulo VIII

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"Siempre que tengas la verdad, debes darla con amor, o el mensaje y el mensajero serán rechazados." (Mahatma Gandhi). Saber la verdad es difícil, más cuando se trata de alguien tan importante para ti, descubrirla tiene un precio que pagar y dos caminos diferentes para elegir; guardar la verdad porque no te pertenece, esta se convierte en un secreto y, ese con el transcurso del tiempo se puede tomar como un engaño, traición, o peor aun, deslealtad. Está el segundo camino, decirlo, sin embargo, se entiende que no es una verdad que corresponde decir, también con el detalle de que se estaría cruzando un límite conocido por muchos, la confianza, una verdadera encrucijada mental. El conocimiento es un poder muy grande, como consecuente de ello, Kara Danvers tenía un gran peso sobre sus hombros, uno que nadie le impuso, sino que ella misma se buscó por amor, sí. "Cada poder conlleva una gran responsabilidad". (Stan Lee). Pero, muy importante, ¿cuál era la suya? Sentía una soga en su cuello, que en la mayor posibilidad se irá aparentando si no toma una decisión, no quería que los Luthor fueran los encargados de arremeter contra Lena, ni mucho menos con Elizabeth.

¿De qué se enteró para estar en esa situación tan frustrante? Se enteró de que sus sospechas eran ciertas, Lena en realidad era hija del magnate Lionel Luthor, una que ni siquiera sabía de su existía. En cierta parte, aquella historia no era del todo una mentira, Elizabeth perdió su oportunidad para entrar al MIT, no por hacerle caso a aquél hombre mentiroso, sino porque Lillian Luthor se encargó de que así sucediera, fue dicha mujer la culpable de que quedara en la calle con Lena en su vientre, fue esta misma que se encargó de informarle a su familia irlandesa su presunto fallecimiento en un accidente, habían fotos falsas, así como una falsa acta de defunción. Y, no todo terminaba ahí vilmente se encargó de que no pudiera regresar a Irlanda metiéndola en problemas con migración.

— Tengo ganas de vomitar, honestamente — comentó Winn después de una amplia lectura — ¡Esa mujer no podía ser más horrible, Kara! Pobre Elizabeth, pobre Lena, todo lo que vivieron en estos años fue por esa, mujer.

— ¿Mujer? ¡Es un demonio! — vociferó levantándose de golpe tomándose la frente con una mano y la otra su cintura — Les robó todo, Winn. ¡Todo!

— Esto es una verdadera mierda, Kara — negó varias veces con la cabeza — ¿Qué piensas saber ahora que sabemos la verdad? ¿Le dirás a Lena?

— No lo sé, en este momento me arrepiento de que hayamos investigado — acomodó su cabello colocando sus manos en la cintura — Si le digo a Lena, estaría traicionando la confianza que me tiene Elizabeth. Y, si no le digo, estaría guardándole un secreto muy importante, uno que definiría por completo su identidad.

— Qué encrucijada, amiga mía — hizo una mueca rascando su nariz — El problema es que los Luthor no la recibirían con las puertas abiertas, estarían en peligro.

— ¿Sabes qué se me acaba de venir a la mente? — se sentó de nuevo frente a él mirándolo con preocupación — No creo que Lillian todo este tiempo haya estado con los brazos cruzados conociendo que Elizabeth ha estado todos estos años en la ciudad, Winn. ¿Qué pasa si la ha tenido vigilada desde que la dejó en condición de calle?

— Oh, Dios — abrió más los ojos asintiendo con susto — ¡Tienes razón, Kara! Eres una genio, no sé cómo tus padres no pueden verlo — comentó sin mirarla presionando varias teclas — Trataré de hackear el sistema de Luthor Corp, no creo que sea difícil.

— Ojalá pudieras, no creo que sean tan descuidados, deben tener todo el sistema subido en una nube y con un mayor cifrado criptográfico, recuerda que quién está a cargo ahora es Lex — miraba a su amigo digitalizar diferentes códigos y ventanas.

— Estás con Toy Man, hermana, nada que Winnie no pueda solucionar — le sonrió con malicia siguiendo con lo suyo — Solo espero que no me ingrese algún malware trampa.

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