Mi Bailarina Perfecta

Capítulo 5

Gianna.

Una semana después.

Después de aquel día que vi por última vez a Axel, no lo he vuelto a ver, creo que se arrepintió.

Mi padre esta internado en el hospital, esta muy grave, al parecer me engaño al decirme que le quedaba un mes de vida solo le quedan días.

Y es algo que me destroza por que aun que no sea mi padre biológico, para mi es mi padre.

Fue quien estuvo conmigo desde que nací, fue quien me cambió pañales sin ser yo su hija.

Me contó cuantos en las noches, canto canciones de cuna para mi, estuvo cuando mis primeros dientes salían. Estuvo para mi cuando dí mis primeros pasos.

Cuando intentaba andar en bicicleta, y cuando intente aprender a nadar, cuando quise aprender a manejar motocicleta. Él estuvo allí.

Cuando llore por mi primer novio, cuando me rompieron el corazón y luego yo le rompí la nariz.

En cada etapa de mi vida estuvo para mi, fue quien me enseño a pelear, es mi padre aun que un estudio diga los contrario para mi es y siempre será mi padre.

- Papá- me observa con esos ojos tan cansados.

- Mi niña - susurra con voz cansada.

- Estoy aquí- él toma mi mano.

- Perdóname por no estar en estos últimos años contigo, por darte esa deuda, por dejarme dominar por mis vicios - pongo un dedo en su boca.

- Shhh... no tengo nada que perdonarte, eres mi papá eres mi héroe así que no digas nada - sus ojos verdes se llenan de lágrimas.

Mi corazón se encoge, mi héroe se esta quedando en pedazos.

- Te amo mi niña boxeadora - le sonrió con dolor.

Así me llamaba, fue cuando decidí aprender boxeo y artes marciales mixtas.

Fue él quien me apoyo mientras mamá  se negaba, fue hermoso verlo tan orgulloso de mi.

Fui una de las mejores, aun lo practico, por ello soy muy flexible.

- Te amo mi héroe - beso su cabello canoso.

Aun conserva su cabello, no se sometió a ninguna quimioterapia, llegamos muy tarde.

- Nunca dejes de sonreír, y sí llega ese hombre que te haga feliz, demuéstrale que él es muy afortunado de tenerte. Y dile que sí te trata mal vendré del más allá y le pateare  su trasero - una risa leve escapa de mis labios.

- Así es como deseo que sigas en la vida, y sí algún día  encuentras a tu hermana mayor, enséñale lo afortunada que es de tener - unas lágrimas se escapan de mis ojos.

- Estoy orgulloso de ti, mi... campeona - lloro sin retener mi llanto.

- Tú madre y yo estamos muy orgullosos de ti mi bebé de ojos verdes azulados- agarra mi mano.

La maquina comienza a sonar muy fuerte, y su mano suelta la mía. Entonces comprendo él se ha ido.

Los doctores entran, intentan reanimarlo pero ya es tarde.

Lloro cubriendo mi cara con mis manos, duele mucho saber que nunca más lo volveré a ver.

(...)

El entierro fue tan deprimente, solo unos vecinos estuvieron en el entierro, y fue tan doloroso decirle adiós para siempre.

- Te amo papá- susurro mientras tapan su ataúd con tierra.

Para cubrir todo los gastos, tuve que pagar con mis ahorros, no quise  vender la propiedad.