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Jadeaba.

Se mantuvo allí, mirándose en el espejo todo el tiempo que ella permaneció lejos. Se echó agua en la nuca y la cara, la frotó y volvió a mirarse, pero seguía encontrando el mismo reflejo oscuro y desesperado. De nuevo, el monstruo le sonreía apoyado en su hombro.

Negado a no dejar las cosas en claro, envolvió una toalla en su cintura y respiró profundamente antes de abrir la puerta.





A Lena las manos le sudaban más que nunca y le daba la sensación de que de la cintura para abajo tenía el cuerpo hormigueado, casi dormido. Enfrentó aquel pasillo como pudo a la vez que se cubría con la bata hasta llegar a la puerta de su habitación con el corazón latiendo muy deprisa en su pecho. 

Se sentó al borde de la cama y apoyó sus codos en sus rodillas. Todavía no se explicaba qué había pasado allí dentro. Trataba de buscar alguna escapatoria a todo el remolino de sentimientos que había en su interior. 


Escuchó la puerta abrirse. Sabía que la única persona que se encontraba del otro lado era el profesor. Rápidamente corrió para cerrarla pero él lo impidió, adelantando la mano y frenándola. Ella se esforzó en cerrar con fuerza, apretando los labios y contrayendo la cara, pero no funcionó.

—Helena—miró a ambos lados, inquieto.

—¿Qué quieres? —le preguntó de repente, sin saber de dónde le había salido la voz que creía paralizada, como su cuerpo.

—Hablar contigo.

—Pues yo no—se negó como una niña pequeña, empujando con todas sus ganas. 

Taehyung, quieto en el lugar, solo tenía que mantener la mano ahí.

Cansado, hizo un poco de fuerza y abrió, arrastrando los pies de ella hacia atrás. 

Se le aceleró el corazón mientras forzaba la puerta. El aire húmedo y fragante lo envolvió. Todo olía a ella, a lirios frescos y vainilla; todo dulzura. Cerró y miró alrededor, en el instante en que sus ojos se enfocaron en la cama ubicada cerca de la ventana, olvidó por completo su propósito. 

Si dependiera de él, la habría agarrado desde el segundo en que entró en aquella habitación y la tendría sentada en su cara en ese momento. Su larga melena negra como el carbón, larga y espesa. Sintió la necesidad de meter los dedos entre los mechones, recogerlos en su puño, tirar hacia atrás y…

Se recordó cuál era su cometido y se centró.

—Escúchame. Solo será un momento.

—Vete —le exigió. No pensaba hablar con él. No pensaba hacerlo antes y mucho menos ahora, que había entrado a la fuerza.

Taehyung se dijo que sería solo un instante y la observó.

«Solo un poco más».

No podía concentrarse en nada que no fuera su boca, en su cara pálida no había restos de maquillaje, dejando en libertad todo aquello que por cuenta propia quería expresar. La había visto de muchas maneras en poco tiempo: feliz,desconcertada, provocativa, segura, enfadada y, su favorita, excitada.

Pero nunca triste y hundida. Nunca con tanta mezcla de sentimientos negativos y confusos dentro de ella. Y solo había un culpable de aquel dolor.

—¿Por qué no me has llamado? Te dije que no había negociación.

Lena alzó las cejas de manera inconsciente.

—¿Has forzado la puerta para decirme eso?

—No he forzado la puerta.

T A B O O | [KTH+18] Hefesto 1✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora