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Se había pasado la semana completa sumido entre papeles, llamadas y contrataciones. Una nueva escuela de historia Puissance abriría sus puertas en unos dos meses y tenía que cerrar todos los trámites para entonces. A ser posible, con un mes de antelación, por si surgía algún problema de última hora. También había llamado a Jimin un gran amigo con el que se veía poco, para quedar y aprovechar la temporada que estaría por Kansas, habiendo conseguido coincidir para unas cervezas. 

Y había realizado por internet unas
compras importantes que tenía pendiente. Todo aquello para no pensar. Para obviar lo que había pasado entre sus piernas, todavía latente en una gran erección que surgía a intervalos, nublándolo. Para dejar de pensar que aquello había sido provocado por una cría.

—Maldita sea —murmuró, enterrando sus dedos entre el cabello y agachando la cabeza.

Sabía que no era una tontería ni lo habitual. No era ver a alguien y que ese alguien despierte curiosidad en ti por su físico u otro motivo, no.

Se masajeó la polla por encima de los pantalones y suspiró. Podía aliviarse,
pero no lo haría. No sabiendo lo que se le pasaría por la mente mientras lo hiciera. Para evitarlo, se puso de pie, apoyó ambas manos en el escritorio y escondió la cabeza entre los hombros.

Estaba sudando, nervioso. Cuando la alzó se vio reflejado en el gran espejo horizontal que adornaba la parte frontal de su despacho, justo al lado de la puerta. Se preguntó hasta cuándo aquella sombra oscura lo perseguiría. Si alguna vez sería capaz de controlarlo.

Desafortunadamente, supo la respuesta.

Tras contemplarse varios minutos a la espera de una calma que no llegaba,
visualizó el teléfono de su escritorio. Pulsó los números y habló después de algunos tonos.

—¿Kim Taehyung? ¿A qué debo este honor?

Tae suspiró intentando que no lo oyera al otro lado del teléfono.

—Necesito verte.

—Mmm, está bien. Espera un momento… El martes a media mañana podemos vernos.

—No, Jazmine, no puedo esperar al martes.

—Pues intento hacerte un hueco el lunes a última hora.

—Tampoco —dijo—. Necesito verte mañana.

—Mañana es sábado.

—Lo sé, pero es urgente.

—No lo dudo, pero sigue siendo sábado.

—Jaz, es urgente —repitió y ella suspiró.

—Sí, debe serlo, es la primera vez que me llamas tú y…, si no recuerdo mal, llevo como seis meses sin saber nada de ti.

Se sujetó el puente de la nariz y lo presionó, pensando qué decir.

—Lo sé. Te lo explicaré todo, pero de verdad, necesito que sea mañana.

—Está bien —claudicó la voz femenina al otro lado—. Si me dejas tirada de nuevo, será la última vez, Tae.

—Gracias. —Y colgó.

Se pasó las manos por el pelo hacia atrás, peinándoselo y se recompuso sus pantalones, dando gracias a que la dureza le hubiera dado una tregua. 












Las chicas bailaban sobre la tarima, desnudándose completamente, contoneándose, refregándose con
habilidad contra aquella barra metálica central por la que subían y bajaban con maestría, a veces sujetas de los brazos o incluso de una sola pierna.

T A B O O | [KTH+18] Hefesto 1✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora