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Antes del brunch prometido, pasaron por la casa de Alfred y Jazmine entró, a pesar de haber insistido en esperar en el coche. Él de ninguna manera lo habría permitido. Así que la hizo pasar y tomar asiento en la cocina mientras Alfred le ofrecía algo de beber.

Se conocían de veces anteriores, por lo que enseguida se pusieron a conversar. 

Cuando Taehyung dejó sus cosas, se añadió a la charla a la espera de que Jazmine se tomara el refresco que le había servido.

Entre risas, fueron completamente ajenos a la chica morena que apresurada bajó las escaleras desde la segunda planta. Había quedado con su madre para llamarla y se le hacía tarde.

Pisó el último escalón oyendo alboroto. 

Iba a tomar el teléfono de la sala cuando escuchó esa voz ronca en la cocina.

Se emocionó al pensar que lo vería, pero, muy al contrario de lo que imaginaba, se quedó inmóvil en el umbral. Había alguien haciéndole compañía y pudo examinarla desde su posición. Él estaba de espaldas y ella de perfil.

Una exuberante mujer de pelo larguísimo,rubio,metida en un vestido oscuro que hacían resaltar sus pechos y, lo que le pareció, una estrecha cintura. La rubia rio, echando la cabeza hacia atrás, y pudo ver lo maquillada que estaba y lo guapa que era. 

Desprendía belleza y seguridad por los poros. No le gustó que una mujer así estuviera con él, en su casa y haciéndolo reír. Se le veía cómodo, con naturalidad, lo que la hizo sentir mucho peor.

Notó un latigazo en el pecho a la vez que se hacía pequeña, se dio la vuelta y se marchó a su habitación.

Una vez encerrada en esas cuatro paredes que le pertenecían a ese hombre dejó que la rabia la consumiera.

Se acostó en la cama y tomó su celular aún con las mejillas acaloradas por una sensación que no entendía.  Marcó con sus dígitos los botones, antes que un arsenal de mensajes de su madre la invadieran por no llamarla.

Conforme la conversación con su madre terminó, rememoraba la belleza rubia de la cocina, de nuevo la efusividad se esfumaba y volvían los nervios, la incertidumbre y el miedo. Entonces caía sobre ella aquel complejo de inferioridad tan grande e intentaba convencerla de que había muchas posibilidades de que él no subiera a verla porque no quería tenerla cerca, sin más. Porque no le gustaba, porque para él solo era una cría.

Y la rubia volvía a su mente. Tan alta, tan madura, tan guapa, tan despampanante, tan segura de sí misma. Tan, tan, tan. ¿Se habría ido con ella?,¿se había acostado con ella?, ¿por qué la trajo a lo de Alfred?

Cuando las horas eran agonizantes y ya no había pensamientos para nada ni nadie que no fuera él, llegó el lunes siguiente. Según Alfred, algo se había
complicado y requería la presencia de Taehyung, no sabían durante cuánto tiempo. Ya nada tenía que ver con la discografía— que se enteró gracias a una charla con Alfred —, sino con una de las escuelas. No preguntó más, tenía miedo de parecer más ansiosa de lo que debería y que su tío se diera cuenta de algo.






Aquel primer día de la semana llovía. El sudor de su cuerpo, debido a las horas trabajando en armar nuevos estantes para que los libros más antiguos tuvieran el espacio adecuado, se mezclaba con la humedad del camino que hizo hasta una ferretería cercana. Estaba sentada en la cocina de su tio,quien había llegado de la tienda. Alfred, que no iba preparado, se había mojado más que ella, que siempre llevaba un chubasquero de plástico guardado en su bolso por lo que pudiera pasar. Su madre siempre se lo recordaba.

Alfred había subido un momento a su habitación a cambiarse de ropa. Ella se había negado a ponerse otra ropa; no estaba tan calada y tras la clase particular sudaría de nuevo limpiando.

T A B O O | [KTH+18] Hefesto 1✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora