T A B O O | [KTH+18] Hefesto 1✅

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Se despertó con el sonido de un teléfono. 

Sobresaltada, se incorporó en la cama y pestañeó, intentando ubicarse. Lo hizo cuando vio a su lado a Taehyung.

Dormía profundamente.

—Joder —susurró. 

Se puso de pie. La pesadez entre sus muslos casi la derriba de rodillas. Ella estaba adolorida. Dios mío, estaba dolorida. 

Un paso y recordó la plenitud de él, la sensación de tenerlo dentro de ella, la pura dicha.

Miró a su alrededor en busca de su vestido. 

Entonces recordó que lo había dejado en la sala. Apretó los dientes, volvió el rostro hacia la ventana y miró hacia el jardín oscuro de abajo. 

—Mierda, van a matarme.

Nerviosa, zarandeó el hombro de Tae con fuerza. Solo le hizo falta entrar en contacto para que él abriera los ojos y se incorporara en una actitud alarmante.

—¿Qué pasa?

Lena no llegó a responderle cuando el teléfono volvió a sonar.

—Se hizo de noche—dijo ella— Voy a vestirme.

Asintió y se levantó acelerado para contestar. Lena le dio un tirón a la sábana de la cama y se envolvió con ella de mala manera mientras observaba de reojo el cuerpo desnudo de aquel hombre que más que un hombre parecía un dios. No le pasó inadvertida su dureza,pero no se detuvo más de lo debido; el tiempo corría en su contra.

Esperaba que Kaia la estuviera ayudando si su madre se alarmaba por su tardanza. La sorpresa de que Alfred le diera el visto bueno en hablar con Taehyung, no dió tiempo en preparar una coartada con su amiga.

Justo cuando iba a salir por la puerta, Taehyung la sujetó por la cintura con ambas manos y le dio la vuelta. 

Cuando quiso darse cuenta, los labios
del hombre estaban besándola con humedad. Corto pero intenso.

Se separó y dejó otro sobre su mejilla derecha. Tan natural, como si no
estuviera desnudo, como si su polla no estuviera dura e hincada en su
abdomen.

Su núcleo palpitante sufría un espasmo en el aire, hambriento de más. 

—Lena… 

Temió por lo que vendría ahora. Aquel siempre era el momento determinante, justo después del encuentro sexual que hubieran tenido. Por norma general, el hombre que unas horas atrás había demostrado debilidad por ella, se convertía en Kim Taehyung, el maduro. El de traje, corbata y responsabilidades. Lo esperó. 

Esperó que le dijera que era hora de que cada uno tomara caminos diferentes, que aquello no estaba bien, que tenía que odiarlo, o que era sexo y nada más.

Pero todo aquello que la estaba dañando antes de ocurrir no llegó.

—Si estás dispuesta a conocerme. Quiero mostrarte mi mundo.

Lena parpadeó varias veces y alzó las cejas. ¿Le estaba proponiendo una cita? A Taehyung  le divirtió que fuera tan expresiva y poder leerle el pensamiento con tanta facilidad.

—Creí que ya lo estaba haciendo. Conocerte, me refiero.

Taehyung le sujetó el mentón con una mano y sonrió.

—Simplemente pensaste que lo hacías. 

La claridad regresó repentinamente con rapidez. Él la estaba incitando. Tratando de sacarla de su juego. Haciendo deliberadamente lo único que había sido bastante obvio acerca de lo que al realmente le gustaba.