(os quiero decir que Dalía, a pesar de estar trabajando en un buen colegía, conseguía el dinero suficiente para vivir bien y de vez en cuando algún capricho, ya que el colegio cogía una parte de su paga para mantener a Harry dentro del colegio)
Narro Harry
Después de despedirme de tía, aunque siempre la he visto como una madre para mi, corrí hacia el muro y lo atravesé pude ver un cartel que ponía "Plataforma 9 3/4", y una locomotora escarlata, todo estaba lleno de gente.
Cuando subí, los primeros vagones ya estaban ocupados, empuje el carrito por el andén, buscando un asiento vacío. Me abrí paso hasta que encontré un compartimiento vacío, cerca del final del tren. Primero puse a Hedwig y luego comencé a empujar el baúl hacia la puerta del vagón. Trate de subirlo por los escalones, pero sólo lo pudo levantar un poco antes de que se cayera golpeándole un pie.
—¿Quieres que te eche una mano? —Era uno de los gemelos pelirrojos, a los que había visto con mi tía en la barrera de los andenes.
—Sí, por favor —jadee.
—¡Eh, Fred! ¡Ven a ayudar!
Con la ayuda de los gemelos, mi baúl finalmente quedó en un rincón del compartimiento.
—Gracias —dije, quitándome de los ojos el pelo húmedo.
—¿Qué es eso? —dijo de pronto uno de los gemelos, señalando mi extraña y curiosa cicatriz.
—Vaya—dijo el otro gemelo—. ¿Eres tú...?
—Es él —dijo el primero—. Eres tú, ¿no? —se dirigió a mi.
—¿Quién? —pregunte.
—Harry Potter —respondieron a coro.
—Oh, él —dije—. Quiero decir, sí, soy yo.
Los dos muchachos me miraron boquiabiertos y sentí que me ruborizaba. Entonces, para mi alivio, una voz llegó a través de la puerta abierta del compartimiento.
—¿Fred? ¿George? ¿Estáis ahí?
—Ya vamos, mamá.
Con una última mirada hacía mi, los gemelos saltaron del vagón. Me senté al lado de la ventanilla. Desde allí, medio oculto, podía observar a la familia de pelirrojos en el andén y oír lo que decían. La madre acababa de sacar un pañuelo.
—Ron, tienes algo en la nariz.
El menor de todos los chicos trató de esquivarla, pero su madre lo sujetó y comenzó afrotar le la punta de la nariz.
—Mamá, déjame —exclamó apartándose.
—¿Ah, el pequeñito Ronnie tiene algo en su naricita? —dijo uno de los gemelos.
—Cállate —dijo Ron.
—¿Dónde está Percy? —preguntó la madre.
—Ahí viene.
El mayor de los chicos se acercaba a ellos. Ya se había puesto la ondulante túnica negra de Hogwarts, y note que tenía una insignia plateada en el pecho, con la letra P
—No me puedo quedar mucho, mamá —dijo—. Estoy delante, los prefectos tenemos dos compartimientos...
—Oh, ¿tú eres un prefecto, Percy? —dijo uno de los gemelos, con aire de gran sorpresa—. Tendrías que habérnoslo dicho, no teníamos idea.
—Espera, creo que recuerdo que nos dijo algo —dijo el otro gemelo—. Una vez...
—O dos...
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Como Una Madre Para Harry Potter
De TodoDumbledore en vez de entregar a Harry con los Dusley, lo deja con la hermana menor de Lily Evans, Dalia Evans. Ella también muggle, pero adoraba a su hermana mayor Lily.