Capítulo 13

729 47 6
                                    

Destrucción Parte 1
Dominique POV

Fuimos escoltados con sigilo por los numerosos escalones de la escalera, guiados por un hombre de porte formidable y calvo, cuya mirada parecía atravesar la oscuridad con penetrante determinación. Cada paso nos acercaba más a la sección privada del club, un lugar donde las sombras ocultaban secretos peligrosos y el sutil aroma a intrigas se entremezclaban con el incesante ritmo ensordecedor de la música. Las luces estroboscópicas, que parpadeaban como destellos de vida en medio de la penumbra, nos envolvían con su hipnótico baile de morados y azules, llevándonos a una realidad turbia y llena de misterio.

Sabía que lo que estaba a punto de hacer estaba mal, pero no había otra opción. Esta era mi oportunidad, mi pasaje directo para infiltrarme en la sombría red de líderes criminales y obtener pruebas que pudieran llevarlos a la justicia. Cada movimiento, cada reacción, cada palabra que pronunciara debían ser medidas con extrema cautela. Mi identidad y la seguridad de mis compañeros de trabajo dependían de ello. No podía permitirme un solo desliz en este baile con el diablo.

—Eres mi acompañante esta noche y no dirás ni una palabra a menos que yo te lo pida. Simplemente vas a escuchar y sonreir como una buena chica —susurró Alessandro en mi oído, su voz acariciando mi piel con un tono de advertencia—. Estos individuos son peligrosos; no todos tendrán la misma tolerancia que he tenido contigo hasta ahora. Una palabra mal pronunciada o un comentario inoportuno y podrías estar en grave peligro. Confío en ti, pero es crucial que estés alerta.

Sus brazos se ciñeron a mi cintura, atrayéndome hacia su imponente figura con una posesiva firmeza. Las yemas de sus dedos acariciaron mi espalda, y mi corazón latió aún más rápido ante aquel roce.

—Ya veo, tendré que recordar mis modales y actuar como otra muñeca que mostrarás a tus amigos —repliqué—. Relájate, esta noche no habrá engaños. No seré la Natalia despiadada a la que estás acostumbrado; en cambio, encarnaré a una ingenua chica americana con solo una neurona en su cerebro, como pareces verme.

Alessandro me examinó con una mezcla de diversión y aprobación, y se acercó a mi oído entre la música ensordecedora para decirme:

—Buena elección, me gusta el corset.

—Créditos para tu hermano, él eligió esto de entre mi maleta. Parece tener buen gusto.

Mientras nos aproximábamos a la entrada del área, cuatro hombres vestidos de negro y mirada amenazante custodiaban la puerta, sus brazos cruzados en actitud impenetrable. Dos de ellos se apartaron ante la presencia de Alessandro, mientras que el tercero asintió respetuosamente, indicándonos que podíamos avanzar hacia la tenue habitación. Al cruzar esa frontera invisible, mis ojos se abrieron ante el escenario que se desplegaba frente a mí; Mi mirada se posó en un grupo de hombres sentados en sofás de terciopelo negro, rodeados de mujeres escasamente vestidas que los provocaban con seducción.

Si bien no era mi primera incursión en el mundo oscuro de la mafia, la escena que se desarrollaba ante mis ojos superaba incluso mis expectativas más sombrías. Aunque Alessandro se movía con confianza y conocimiento de este ambiente, como un lobo adentrándose a su territorio, yo me sentía como una intrusa en un universo ajeno.

No podía evitar preguntarme si Alessandro esperaba que yo actuara como esas mujeres, un accesorio más en su teatro personal. Sin embargo, reprimí ese pensamiento rápidamente. Conocía bien mi papel en esta reunión y, aunque él me había advertido sobre los peligros que enfrentaría, no permitiría que mi identidad quedara atrapada en las garras de este espectáculo.

Desde el otro lado de la habitación, escuché risas y brindis, como si estuviera presenciando una escena de camaradería aparentemente inocente entre amigos cercanos. Sin embargo, era consciente de que bajo esa fachada de cordialidad se escondían conspiraciones y acuerdos ilícitos. A pesar de la aparente informalidad de la reunión, era evidente que se movían en un mundo regido por sus propias leyes y consecuencias brutales.

En Contra del Tiempo (Nueva edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora