Capítulo 29

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Agente Miller
Dominique POV

El príncipe de las tinieblas era más que una simple leyenda urbana. Sus características sobrehumanas podían erizar la piel de cualquiera. Era atractivo y encantador, siendo un ángel caído que alguna vez fue el favorito de Dios antes de convertirse en su adversario.

El mal se arraiga en cada faceta de nuestra existencia. Los villanos trascienden el simple papel de personajes en la trama de libros o películas. Su tarea es infundir emoción en nuestras vidas y llevar incluso a los héroes más firmes a cuestionarse a sí mismos cuando sucumben a la tentación y el placer de sumergirse en la oscuridad de su dominio. Y para cierta persona, esta larga descripción le quedaba como anillo al dedo; Alessandro Di Montelrosso. Este hombre tenía la capacidad de empujar a alguien a hacer lo que deseaba simplemente con la fuerza de sus palabras y la ferocidad de sus ojos.

Y lo odiaba tanto por eso.

A pesar de su fachada impenetrable, poseía el poder de cautivarme de una manera que ni siquiera podía comprender por completo. Estaba envuelta por su locura y espíritu libre. Lo que más me fascinaba de nosotros era cómo los polos opuestos siempre parecían atraerse. El crimen contra la justicia. Ese vínculo era tan fuerte que, a pesar de mis mejores esfuerzos por detenerlo, a pesar de mis muchas objeciones, poco a poco se estaba volviendo en algo tan vital como el oxígeno, generando esa fricción y la atracción abrumadora en cuanto estábamos cerca el uno del otro. Tal vez, después de todo, me gustaba estar en la oscuridad. Puede que me haya sumergido en su universo para permitirme convertirme en ese imán, pero al final sabía que, aunque fuéramos atraídos magnéticamente, nuestro destino sería en la dirección opuesta. Nuestra forma de vida y nuestra realidad no podrían estar más alejadas.

Aunque éramos dos piezas que encajaban perfectamente, no pertenecíamos al mismo rompecabezas. Alessandro se volvió frenético ante mis ojos, deambulando por la habitación mientras maldecía al teléfono que lo alertaba sobre el lío en el que yo misma había participado y que ahora era parte de él. Fue en ese momento que me di cuenta de que cualquier expectativa retorcida que había construido en mi mente sobre el futuro después de esta noche sería solo eso, una ilusión.

—Te proporcioné instrucciones específicas para el monitoreo y la seguridad del área, pero parece que las ignoraste. Eres un maldito incompetente. —Apretó los dientes y puso una mano sobre el escritorio para apoyarse mientras gritaba con dureza—. Si caigo esta noche, me aseguraré no solo de que tú lo hagas conmigo, sino también que cada miembro de tu familia tenga un puesto asegurado en una de las fosas.

Después de unos momentos de total quietud, me miró mientras negaba involuntariamente con la cabeza. Aunque en algún nivel sabía que todo estaba conectado y que yo era el punto de partida, una parte de él aún se resistía a aceptarlo.

Todo tiene un daño colateral. Este no sería solo el día en que su imperio se desmoronaría, sino también el día en que me vería arrastrada por los escombros como resultado de la caída de su dinastía.

—Lo que me dijiste anteriormente no era solo una amenaza. Era una advertencia sobre lo que habías estado preparando todo este tiempo y lo que eventualmente sucedería. —exclamó, lanzando su teléfono sobre el escritorio antes de dirigirse hacia donde yo estaba sentada en el borde del sofá.

Ya no podía seguir mintiendo, lo había descubierto.

—Eres consciente de que normalmente cumplo mis promesas, por lo que la amenaza, advertencia o como quieras llamarlo, se cumplió antes de lo que esperabas —dije con denuedo y con gran satisfacción después de observar su rostro y analizar sus gestos, que estaban teñidos de ira y una mezcla de preocupación por no saber qué hacer a continuación.

En Contra del Tiempo (Nueva edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora