Capítulo 23

405 24 20
                                    

Cuenta Regresiva
Dominique POV

Darme cuenta de que las pesadillas son meros productos de mi mente es lo que las hace tan extrañas. Desde la infancia, la gente nos ha asegurado que todos nuestros sueños se convertirán en realidad, pero se olvidan de mencionar que esto también abarca nuestras fobias más profundas. Cerré los ojos con fuerza, anhelando que este terrible sueño llegara a su fin, pero era imposible despertar y poner fin a todo esto con un simple parpadeo.

La mirada de Alessandro estaba clavada en mí como si intentara perforar mi interior. Su cercanía me afectaba, como si desbaratara todo mi sistema. Sus labios rozaron mi mejilla al levantarse de su posición, dejándome la libertad de volver a respirar aire limpio.

—¿Por qué no continuamos hacia el desenlace de nuestra conversación? —Se sentó en uno de los pequeños sillones frente a su escritorio, dejándome en la silla detrás de este—. ¿Cómo es que conociste a Stephan?

—¿Y a ti qué te interesa cómo lo conocí? —respondí con tono desafiante, cruzando los brazos sobre el pecho.

—Dado que forma la base de todo, en realidad me interesa demasiado. Considera que eres una rama de ese árbol. Primero debo atacar el problema por la raíz y ver cómo afecta todo lo demás.

—Muy bien, ¿debería comenzar con un "Érase una vez..."? —dije, acercando mi silla para apoyarme en el escritorio.

—No estamos aquí para juegos ni cuentos de hadas. Quiero hechos, Natalia. ¿Cómo conociste a Stephan? —Volvió a insistir.

—Vaya, realmente estás empeñado en desentrañar esa parte de mi vida —mencioné, cruzándome de piernas con una mezcla de impaciencia.

—Es algo que ni siquiera puedes imaginar.

—No sé cuánto puedas sacar de esta historia, Alessandro. —Levanté una ceja con una expresión ambigua—. Pero puedo decirte que solo trataba de protegerlo. Esa es tu respuesta para todas las demás preguntas que tengas en mente. No tienes que adentrarte tanto en los detalles de mi vida. Protección es todo lo que quería para él.

—¿Protegerlo?, dices —expresó con sorpresa—. No fue muy inteligente de su parte tratar de explotar su apellido como una forma de chantaje. Dime, ¿cómo una mujer como tú terminó mezclada con alguien como Stephan? ¿O hay más en esta historia de lo que estás dispuesta a admitir?

—No todos juzgamos a las personas por sus apellidos o por el dinero que tienen. A veces, hay cosas que van más allá de lo superficial. Stephan puede tener sus problemas, pero yo lo conocí como un hombre, no como un apellido.

—Ese fue el mayor de los errores que has cometido. El haberlo conocido —dijo entre dientes.

—Y conocerte a ti supongo que también cuenta como un error. —Solté una risa amarga—. Tal vez no conoces tanto como crees, Alessandro.

—He observado cada uno de tus movimientos. Incluso he visto esa faceta sumisa que ni tú misma reconoces cuando estás con él. Pero aquí, ahora, ¿dónde está esa sumisión? —Se acercó, manteniendo el contacto visual —. Parece que prefieres desafiar al mundo entero, ¿o solo lo haces conmigo?

—Si crees que puedes manipularme como a los demás, estás equivocado.

—Por favor, ni siquiera intentes encubrirlo. Todos pudieron ver claramente lo que hizo esa noche. Y si fue capaz de hacerlo frente a un público, no quiero ni imaginar lo que fue capaz de hacer a puerta cerrada.

Permanecí en silencio, consciente de cómo Alessandro había encontrado la puerta secreta hacia mi punto más vulnerable. El abuso que había soportado durante todos estos años con Stephan era una carga que llevaba en silencio. A veces, desearía gritarselo al mundo, pero me sentía atrapada en un laberinto sin salida, donde cada esquina parecía extenderse aún más, alejándome de esa posibilidad.

En Contra del Tiempo (Nueva edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora