Capítulo 21

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Glass knife
Dominique POV

Se dice que después de la tormenta viene la calma, pero aquel que concibió esa frase tal vez no tuvo en cuenta que la vida rara vez sigue un plan establecido. En mi caso, no hubo un arcoíris que iluminara mi camino; en cambio, las nubes oscuras persistían sobre mí y la tormenta está lejos de amainar.

Derramé mi sangre, juré lealtad y me comprometí a estar dispuesta en todo momento para una organización que ha cobrado la vida de cientos de personas. Entre esas almas inocentes, se encuentra un hombre que consideraba como un segundo padre. Él estuvo presente en mi vida cuando mi propio padre no lo estaba, compartió momentos en mis cumpleaños y asistió a mis presentaciones escolares. Aunque quizás esos gestos eran motivados por la presencia de su propia hija en esos eventos, sin embargo, esos aplausos y abrazos de orgullo parecían auténticos hacia mí.

En momentos de desesperación, cuando la vida parecía desmoronarse ante mis ojos, anhelé que él estuviera presente. En mis momentos más oscuros, cuando la idea de poner fin a mi propia existencia rondaba mis pensamientos, habría deseado escuchar las palabras de aliento y sabiduría que siempre supo ofrecer.

En medio de mis ataques de pánico, entre sollozos, gritos y las constantes tensiones con mi padre, recuerdo una ocasión en la que, desesperada, le expresé a mi propio padre cómo desearía que las cosas fueran diferentes, que desearía que hubiera sido él en lugar de Andrew. Las peleas eran moneda corriente en mi hogar, y enfrentar mi propia lucha contra los ataques durante el proceso de recuperación a menudo me hacía sentir incomprendida por mi padre. En el fondo anhelaba que él pudiera comprenderme y brindarme el apoyo que necesitaba, en su lugar, parecía que mis palabras caían en oídos sordos.

—Este es el último lugar en el que esperaría encontrarme contigo. —oí una voz por detrás del sofá.

—No estoy de humor, y este no es el momento, Alessandro, para escuchar ninguno de tus comentarios.

Esa voz masculina estalló en una carcajada.

—Prueba de nuevo.

Al girarme hacia la dirección de la voz, quedó en evidencia que estaba equivocada. Estaba de pie junto al buen príncipe de la historia, no su réplica retorcida convertida en villano.

Me quedé momentáneamente sin palabras mientras buscaba la manera adecuada de disculparme.

—No esperaba encontrarte aquí, Nicolah.

—Quizás no fue la elección más inteligente, considerando que técnicamente vivo en esta casa.

—Buen punto —asentí con un gesto de aprobación.

—Para imaginarlo incluso en el rincón más pequeño de tu mente, ¿Cuán traumatizada te debe tener mi hermano?

—Para ser honesta, últimamente no sé dónde tengo la cabeza —respondí, mientras me pasaba una mano por el cabello.

Su atención fue atraída hacia la mano que llevaba el vendaje, un detalle que había pasado desapercibido para mí hasta ese momento.

—¿Qué fue lo que...?

Las palabras de Nicolah, al parecer, permanecerán por siempre sin ser pronunciadas, porque en ese momento, me levanté del sofá y di un paso adelante para hablar.

Nicolah arqueó una ceja, evidentemente sorprendido.

—¿Así que realmente lo hiciste?

—Por supuesto que lo hice. ¿Acaso esperabas que me quede atrás y sea una espectadora en este pequeño drama familiar?

En Contra del Tiempo (Nueva edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora