𝙴𝚕 𝚐𝚘𝚕𝚙𝚎 𝚖𝚊́𝚜 𝚍𝚞𝚛𝚘.

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28 de Noviembre.

La tarde empezaba a tomar sus tonos oscuros, el invierno hacía parecer que las noches llegaban más rápido.

_____ no tenía mucho que hacer en su trabajo, el pequeño café no empezaría a llenarse sí no hasta dentro de media hora y, entre ese tiempo, se había dispuesto a jugar con los gatos.

Hacía 5 años habían abierto ese lugar junto a Baji, un café de gatos. BH Kofee. Era la excusa perfecta para que Baji trajese cuántos gatos quisiera de la calle. Se ocupaban de bañarlos, desparasitarlos y luego, los dejaban en la cafetería, listos para ser adoptados.
Takeo amaba ir al trabajo con su madre, solía estar allí cada día después de la escuela. Sin embargo, ahora el lugar se sentía vacío sin la presencia del pequeño.
Los días hasta la pelea parecían correr lentos sin Takeo.

La tregua que mantenían ambos padres, parecía más difícil de lo que la mujer pensaba. Más bien, parecía una amistad un poco forzada por el bien de su hijo. Ya no había peleas, ya no había ataques constantes. Dejaban, dentro de los límites, que Takeo decidiera que hacer. Aún así, a la joven no le había sentado tan bien el hecho de no ver a su hijo durante el día. Takeo había decidido irse con Draken cada día, despues del entrenamiento, siendo las mañanas y la noche el único momento dónde veía a su madre.

— ¡Mamá! Llegué temprano, mira lo que tengo.

La voz de su hijo la saco del trance en el que se encontraba. ¿Que hacía allí? No lo esperaba, ya que apenas había pasado una hora desde la salida de su entrenamiento y además, Draken no sabía dónde quedaba el café.

— Mira, me las regalo Ryuguji-san. — dijo subiendo a unos de los taburetes de la barra. En sus manos traía tomos de revistas de motocicletas que a ella le resultaban extrañamente conocidas. — Dijo que me regalaría más.

— Hola, amor. — sonrió con ternura la mujer acercándose a abrazarlo. — Que bien por tí.

Ahora que lo veía bien, esas revistas eran de Draken, las que coleccionaba cuando era más joven. Eran un tesoro para él y ahora también lo eran para su hijo.

— ¿Viniste aquí solo? ¿Dónde está Draken? — Takeo señaló la puerta, dónde venía su padre.

— No quise irme hoy, porque mañana es la pelea. — respondió el pequeño con una sonrisa. — Es mejor venir aquí.

— Hola. Espero que no interrumpamos en tu trabajo. Takeo insistió en que debíamos venir aquí. — Draken sonrió nervioso.

— No te preocupes, Takeo viene aquí siempre. Los clientes lo adoran y los gatos también. — sonrío ______ revolviendo el cabello del niño. — ¿Quieren chocolate para el frío? La casa invita.

Ambos asintieron, Draken tomando asiento junto a su hijo. Así mismo, la mujer se dispuso a preparar una merienda para Takeo y Draken.

— Mamá, ¿Dónde está Melón? Quiero enseñárselo a Ryuguji-san. — habló Takeo viendo hacia todos lados.

Melón es el único gatito del café que no está en adopción. De 4 meses, su pelaje es gris atigrado y sus ojos verde claro. Se diferencia por su collar turquesa con su placa.
Baji lo había encontrado hacía 2 semanas. Lo prepararon para la adopción pero, cuando Takeo lo vio no lo quiso dejar y Baji decidió regalarselo.
La familia nunca dejaba al gatito en casa solo, así que ______ lo traía cada día al trabajo.

— Seguro está en su cama, sabes que se duerme a estas horas. — respondió volteando a ver al más pequeño.

— ¡Voy por él! ¡Espérame aquí!— Takeo se levanto de su asiento, para salir disparado a las camas.

ᴘᴇǫᴜᴇɴ̃ᴏ ᴘʀᴏʙʟᴇᴍᴀ r.k (draken)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora