𝙴𝚜𝚊 𝚖𝚞𝚓𝚎𝚛.

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"— Me gusta cuando papá se queda en casa con mi mami, jugamos juntos todo el día . — Mencionó Youko mientras pintaba en su hoja."

8:36 am.

Entró con sigilo por la ventana, era algo tarde, lo sabía. La mujer suspiró aliviada al ver a su hijo aún dormido, no había notado su ausencia.
Busco algo de ropa más "decente", después de haber estado en pijama por casi todo Tokio, encerrandose en el baño de la habitación para prepararse. Baji volvería pronto.

Le resultaba gracioso como se había dormido en una motocicleta más rápido de lo que lo habría hecho en la casa de Ryuguji. Incluso la calle parece un lugar más seguro cuando te rodeas de las personas correctas. Estaba agradecida que Baji, no sabía cómo, la había llevado a su departamento.

Terminó de vestirse y salió en silencio de la habitación. En el pasillo podía oírse el ruido de la ducha, parecía que sus planes de volver antes de que todos despertarán había fallado. Pero aún podía fingir.

Al llegar a la cocina se dispuso a preparar el desayuno, su hijo pronto estaría despierto y quería que tuviese todo listo. Una forma de disculparse por haberlo dejado esa noche. Aunque por las pocas cosas que había en esa casa, debía hacer un esfuerzo para lograr que el desayuno fuese perfecto. De verdad parecía que Draken no vivía ahí.

— Es una suerte que Takeo no despertara ¿No? — Aquella voz grave la sobresalto, Draken ya estaba ahí, con una toalla en su cabeza mientras secaba su cabello.

— Ah... Debe estar cansado por ayer. — ______ sonrió, era cierto que su hijo no pasaba tanto tiempo con niños, estaba feliz saber que se había divertido. — Los más pequeños tienen mucha energía, lo deben haber agotado.

— Hmmm... Imagino. — Draken permanecía serio, aún estaba secando su cabello, ni siquiera había volteado a verla. — Es un alivio porque pudiste olvidarte de él un rato. ¿No?

— ¿Perdón? Estuve al pendiente de él todo el tiempo. Tampoco es como que un grupo de niños pudiesen lastimarlo, incluso había una bebé ahí. — ______ decidió seguir en lo suyo. A veces olvidaba que no podía hablar bien con él.

— ¿Y escaparte en la madrugada es estar al pendiente de él? — Ken dejo la toalla para voltear a verla. Su mirada llena de reproche. — Dejaste la ventana abierta y no se lo has notado, pero estamos en invierno. ¿Ya viste la nieve? — hablo con sarcasmo, y poco a poco iba chocando con los nervios de la madre.

La botella de leche que la mujer estaba sirviendo se estrelló contra la mesada. Parecía que todo lo que había vivido ese último mes había estallado en ese comentario. ¿Por qué iba a ceder? Draken ya había hablado y hecho demasiado.

— No te atrevas a usar eso conmigo. No hago otra cosa que no sea ocuparme de mi hijo.

La mujer sintió su rostro caliente, probablemente era la furia que oprimía su pecho. Quería explotar, vomitar cada palabra que se había tragado. Aún así, no gritaba, no haría un escándalo, su hijo no tenía que escuchar jamás aquello.

— Siento que tenga que citar tus palabras pero, no puedes hacer cosas que podrían dañar a mi hijo solo porque "estás cansada de mí" — Draken gruñó, para él esa mujer había abandonado a su hijo en la noche.

______ bufó ante sus palabras. — ¿Ahora también me espías? — la mujer se cruzó de brazos, viéndolo con burla, desagrado, odio. — No basta con tener que quedarme en este lugar, ¿sí no que también entraras en las noches a vigilar que hago?

Cualquiera que los viese podría jurar que un aura oscura los cubría.

— Aunque me odies, escapar por la ventana es muy irresponsable de t-

ᴘᴇǫᴜᴇɴ̃ᴏ ᴘʀᴏʙʟᴇᴍᴀ r.k (draken)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora