ᴘᴇǫᴜᴇɴ̃ᴏ ᴘʀᴏʙʟᴇᴍᴀ r.k (draken)

𝙿𝚎𝚛𝚍𝚒𝚍𝚘 𝚌𝚘𝚗𝚝𝚒𝚐𝚘.

Le di una última mirada a mí habitación vacía, no puedo evitar la nostalgia que me da ver esto. Después de años viviendo aquí, el lugar donde fui recibida por mí hermano cuando ya no tenía nada y ahora debía irme.
Cuando tenía 11 años mí madre murió y 3 años después murió mí padre. En ese momento Tadashi tenía 21 y yo 14. Tadashi heredó la casa de mí padre y yo debía ir a un horfanato. Pero, Tadashi me acogió y se hizo cargo de mí, muy a pesar de la opinión de su madre, ya que somos medio hermanos. Luego de eso, terminamos solos.
Le debo todo a Tadashi, pero ya es hora de que sea libre y haga su vida, ya gasto muchos años cuidando de mí.

— _____, ¿ya tienes todo? — Tadashi apareció por la puerta, yo asenti tomando mí mochila y mí maleta.

— ¿Ya nos vamos?

En mí cama se encontraba ese peluche que Draken me había regalado. Tal vez debía disculparme con él por actuar de esa manera pero, ya debía irme.

— Si, baja a despedirte. Hay una manada de adolescentes llorando en la sala. — río mí hermano y tomo la maleta de mí mano.

Sonreí, tenía buenos amigos. — Ahora bajo ¿Si? — él asintió y salió de la habitación.

Regrese mí mirada a aquel peluche y lo tome abrazándolo. Tal vez no debía pero, no era un mal recuerdo, no todo con Draken había sido malo.
Con el peluche entre mis brazos baje a la sala y ahí estaban todos mis amigos. Sonreí y corrí a los brazos de Baji, mí mejor amigo, probablemente a quien más iba a extrañar. Éste rió y me recibió levantandome del suelo.

— Lo voy a extrañar, capitán. — dije bromeando.

— Deja tus estupideces, jamás me llamaste capitán mocosa. — éste me bajo para revolver mí cabello. — también te voy a extrañar, _____. Aunque no por mucho, sé dónde vives, no te librarás de mi.

— _____-chaaan! No nos excluyan. — la voz de Kazutora sonó en nuestra espalda y en un segundo se nos abalanzaron encima Chifuyu y él, haciéndonos tambalear.

— No puedo creer que ya es hora. Prometo venir a verlos. — dije uniendolos al abrazo.

— Tranquila, ya iremos nosotros. Somos un pack, sí Baji-san va, nosotros estaremos ahí. — respondió Chifuyu.

Hina se paró detrás nuestro y se aclaró la garganta. Volteé a verla separándome de mis amigos y ella en un segundo me abrazo seguida de Takemichi.

— Michi, Hina. Les prometo que la semana siguiente vendré a buscarlos.

— No seas tonta. Te extrañare mucho. — sollozo Hina.

— Lo siento Hina, te prometo que no voy lejos.

— Solo espero que estés bien. Te prometo que nadie más sabra — dijo en bajo para que solo yo lo escuchase.

— Gracias chicos. Ustedes también cuídense, no te metas en problemas Michi. — me separé de ellos y volteé a la puerta donde me esperaba mí hermano.

— Vamos saliendo chicos — dijo Tadashi.

Una vez salieron todos les di un último abrazo mientras Tadashi cerraba la casa. Cuando regreso con nosotros subí al auto dejando mí mochila en el asiento de atrás. Tadashi encendió el auto y volteé a la ventana despidiendome con la mano de mis amigos mientras nos alejabamos.

— ¿Por qué tienes eso? — Tadashi señaló con mala cara el peluche en mis brazos.

— Porque no quería que se aplaste en las cajas. — sonreí fingiendo inocencia.

— Sabes a lo que me refiero, _____. Eso te lo dio ese... — suspiro calmandose. — quiero decir que debiste tirarlo.

Reí ante eso, estaba tratando de calmarse. Desde que supo del embarazo trataba de no "estresarme". Incluso regañaba a Baji si me molestaba.